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INFORME DEL ENCUENTRO ANUAL DEL GRUPO DE MUJERES PARLAMENTARIAS

Perspectivas parlamentarias sobre las barreras existentes en

los países

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Las participantes del panel compartieron su conocimiento sobre las barreras que las mujeres enfrentan en cada uno de sus países, como así también las que han enfrentado como parlamentarias que abogan por la verdadera igualdad de oportunidades en el terreno.

Problemas de salud, pobreza y falta de educación: los desafíos en Santa Lucía

La Ministra Reynolds vinculó los estereotipos de género con la falta de acceso a la atención médica, la educación y las oportunidades económicas en Santa Lucía. A partir de su experiencia en el Ministerio de Bienestar Servicios Humanos y Relaciones de Género, afirmó que las actitudes y prácticas basadas en la inferioridad percibida de la mujer se manifiestan en las familias, las iglesias, las comunidades, los lugares de trabajo y otras instituciones sociales.

En consecuencia, la mujer sufre pobreza, enfermedad y violencia de género en forma desproporcionada. En Santa Lucía, el 28,8 % de la población se clasifica como pobre, y hay un número significativo de hogares pobres en los que el cabeza de familia es una mujer. Es más probable que las mujeres sufran de enfermedades no transmisibles, tales como aquellas derivadas del estilo de vida; la probabilidad de sufrir enfermedades transmisibles, con inclusión del VIH/SIDA en el grupo etario comprendido entre los 15 y los 24 años, también es más alta. Las tasas de abuso sexual denunciado son sustancialmente más elevadas para las jóvenes, en tanto que, a medida que envejecen, las mujeres son más susceptibles a todas las formas de abuso contra las personas de edad.

La violencia contra las mujeres y las jóvenes es una

violación de los derechos humanos, y un problema

de salud pública

indicó la Ministra Reynolds. "Tiene un impacto negativo directo en varios problemas de salud importantes, entre ellos el embarazo seguro, la planificación familiar, los problemas de salud mental como la depresión y el estrés y la prevención de infecciones de transmisión sexual como el VIH/SIDA. Constituye una carga adicional para el sistema de salud pública, ya que los enormes costos monetarios asociados con el tratamiento de la violencia consumen recursos que pueden utilizarse para brindar otros servicios públicos como la educación”.

El nivel educativo de la mujer influye en la calidad de su salud y también en la de sus hijos. Las mujeres con bajo nivel educativo tienen un acceso limitado a los métodos anticonceptivos y están menos preparadas para tener relaciones sexuales seguras, además de ser más vulnerables a la explotación sexual. Los mitos y tabúes sobre la

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