Sus más grandes esfuerzos se destinan a la Escuela de París: trabajaron en una Teoría de la Significación desde una mirada multidisciplinaria; querían generar una construcción conceptual para explicar las condiciones en las que se produce y aprehende el lenguaje.
También le interesa el pensamiento del antropólogo Lévi-Strauss que sostenía que existen representaciones debajo de la expresión misma que son intrínsecamente culturales (estructura profunda). Además, retoma los estudios sobre cuentos populares rusos del lingüista Propp, quien observa que todos ellos poseen, en mayor o menor medida, la misma estructura narrativa (estructura superficial). Propp planteaba que existe siempre una relación de tensión entre una estructura polémica (héroe – antihéroe) y una estructura contractual (calificación – realización – sanción del periplo del héroe): todo sistema (textual y sociocultural) se conforma de equilibrios y desequilibrios. Esta hipótesis de una doble organización estructural (superficial y profunda) permite leer los textos como expresiones de la vida sociocultural y, por lo tanto al ser estudiados, se conoce indirectamente lo social.