ORLA DE 4 º ESO
Somos conscientes de que hay que saber cuando una etapa llega a su fin, de cuando terminar capítulos, pero no importa el nombre que le demos, lo importante es dejar en el pasado momentos de vida que han quedado atrás, pero recordar que estar ausente, no anula el recuerdo
Decidí aventurarme una vez más, cuando opté por redactar esta despedida. Tomé en mis manos la importancia de resumir en pocas líneas años de experiencia, y en el instante en el que me animé a escribir, me quedé en blanco, aún así presumo de poder intervenir en esta ocasión. Buenos días queridos profesores y profesoras, y cómo no, compañeros y compañeras, hoy, nosotros somos los protagonistas. Nos encontramos aquí para recordar( por última vez), todas las sonrisas causadas, discusiones sin sentido y por supuesto los buenos recuerdos que este, " hasta luego " dejará atrás. Somos conscientes de que hay que saber cuando una etapa llega a su fin, de cuando terminar capítulos, pero no importa el nombre que le demos, lo que importa es dejar en el pasado momentos de vida que han quedado atrás, pero recordar que el estar ausente, no anula el recuerdo. Es momento de conmemorar esas piernas que temblaban al caminar el primer día de instituto, de pensar en todas las dificultades y desilusiones que en algún instante nos hicieron pensar, ¿ por qué no tirar la toalla?, ¿ para qué nos hará falta?, es hora de añorar amistades, enfados y lágrimas, tanto de tristeza como de alegría, pero sobre todo, es hora de agradecer a esas personas que desde el primer minuto, nos acompañan en nuestro camino, aconsejan y educan, señores profesores, sin ustedes no sería posible.
Estamos en un punto en el que todos pronunciaremos promesas, de las cuales muchas quedarán en vano, el típico, nada cambiará, quedamos cuando puedas... etcétera, algunos marchan de nuestro lado pero dejan con ello una huella permanente, otros, es cierto, se quedan, pero no todo dura para siempre. Tristemente, las cosas cambian, siguen su curso, pero hay algo que sí podemos decir y prometer, dentro de unos años, cuando nos encontremos a una de esas personas por la calle, ya casi irreconocible, no podremos
evitar sonreír y pensar, " mira, él estuvo conmigo en una etapa de mi vida, me vio bostezar las primeras horas de clase, incluso estuvo ahí cuando me estresaba un lunes a primera pensado que era solo el primer día de la semana, y quieras o no, parte de él o ella, soy yo ".
Amal Guseva
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