DÍA DEL LIBRO
Esta era una vez el
rey de un país que
un día hizo colgar
un aviso:…...
Ésta era una vez el rey de un país que un día hizo colgar un aviso: –Al
niño capaz de decirme una buena
mentira le daré un gran premio–.
Oyeron esto los nobles y oficiales
de la corte, y fueron sus hijos a con-
tar toda clase de mentiras al rey,
pero ninguna le agradaba. En el
mismísimo final se apareció un mu-
chacho
pobre.
–Y tú, ¿a qué has venido? –
preguntóle
el
rey.
–Mi padre me mandó a que cobrara una deuda que Su Majestad tiene
con
él.
–Con tu padre no hay ninguna deuda, tú mientes –contestó el rey.
–Si realmente he mentido, si le he dicho algo falto de fundamento, en-
trégueme
entonces
el
premio.
El rey se dio cuenta del ardid y repuso con prontitud:
–Me parece que todavía no has dicho ninguna mentira.
–Si yo no he mentido, entonces pague su deuda –dijo el muchacho. Al
rey no le quedó más remedio que mandarlo a casa entregándole una
bolsa de oro y frutas como había prometido.
CUENTO DE LA RUTA DE LA SEDA
Hace mucho tiem-
po, antes de que el
hombre fuera co-
mo ahora…….
Hace mucho tiempo, antes de que el hombre
fuera como es ahora, Byame, el gran espiritu
segun los aborigenes, escuchó al canguro, al
águila, al emú y al koala conversando una no-
che. En esos remotos tiempos, los animales
eran mucho más veloces y fuertes de lo que lo
son ahora, y cada uno de ellos empezó a decir
que era tan poderoso o más que el propio Byamee.
Entonces, Byamee, los invitó a competir contra él. Al canguro le tocó el
primer turno. Dió un inmenso salto y sobre paso el arbol más alto. El
águila, extendiendo sus enormes alas, voló tan alto que solo Byamee
podía verle. El siguiente fue el emú, que corrió tan rápido que apenas
pudiero verle. Vino entonces el turno del koala, que escaló hasta la
punta del más alto eucalipto.
Cuando cada uno de ellos había empleado sus habilidades al máximo,
esperaron ansiosos para ver que haría Byamee. Entonces le vieron ir
hacia el fuego y cuidadosamente elegir al boomerang más largo. Lo
tomó firmemente en su mano por un momento, y entonces lo tiró con
tal fuerza que llegó al cielo y ahí permaneció para siempre. Byamee, el
gran espiritu, los superó a todos ellos. Y así es como la luna llegó al
cielo.
CUENTO TRADICIONAL AUSTRALIANO
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