Imperio Otomano:
El Imperio Otomano, por el Tratado de
Sèvres quedó reducido territorialmente
a la península de Anatolia (Asia
Menor) y solo conservó en Europa la
ciudad de Estambul (capital de
Turquía). Perdió la zona de Irak,
Palestina, Líbano y Siria que pasaron a
ser protectorados bajo la
administración del Reino Unido y/o
Francia.
También perdió parte de Tracia y las
islas del Egeo que se transfirieron a
Grecia; El Dodecaneso (territorio que
hoy en dia es griego) pasó a Italia;
Armenia, que se convirtió en Estado.
“La imposición de estas duras
condiciones desencadenó una
revolución, que protagonizada por
Mustafá Kemal, depuso al sultán y
resolvió continuar la guerra con
Grecia, a la que venció. Por el Tratado
de Lausana (1923) Turquía recuperaba
algunos territorios perdidos en el
Tratado de Sèvres.” (Clases
Historia, sf)
La zona de Oriente Próximo que
hasta entonces había pertenecido al
Imperio Turco terminaría teniendo
un rol importante en la historia
durante el siglo XX. Los árabes,
que bajo dominio turco apoyaron a
los aliados, habían recibido una
promesa de Gran Bretaña que una
vez finalizado el conflicto
formarían un estado unido. El fin
de la guerra frustró no les permitió
ese deseo, pues esas zonas fueron
repartidas como colonias o
protectorados del imperio
Britanico y Frances. Por otra parte,
el movimiento sionista
(nacionalismo judío) inició su
movilización para crear un Estado
judío en Palestina
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