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CCV022014 Fundación para la Actualización tecnológica de Latinoamérica La batalla de Dian Fossey El 26 de diciembre de 1985, en la selva de Ruhengeri, en Ruanda dentro de su cabaña en el campamento de Karisoke asesinada a machetazos apareció el cuerpo sin vida de Dian Fossey. Tenía 53 años. Dian era una mujer excepcional, titulada en terapia ocupacional viajo a África en 1963 para estudiar con el Dr. Leakey -arqueólogo -en su centro de investigaciones. Sin embargo, Dian, que había deseado ser veterinaria antes, pronto se vio atraída hacia el estudio de los gorilas de montaña, animales que hasta entonces eran catalogados como seres agresivos, salvajes y venían siendo exterminados por cazadores furtivos hasta casi llegar a su extinción total. Las primeras fotos de Dian en el National Geographic hace casi tres décadas me quitaron el aliento, ahí estaba ella sentada como quien esta en la sala de sus casa con su amiga de colegio o una familiar o viejo amigo, con enormes gorilas salvajes en medio de la selva africana. Una investigadora completa en el campo dando luces sobre la demografía, forma de vida, costumbres y demás de los gorilas enseñándonos que esas criaturas merecían nuestro respeto y protección. Comiendo hojas, echada en medio del verdor, rodeada de gorilas que la miraban como una más del grupo mientras ella aprendía de ellos y nos ayudaba a conocerlos y entenderlos. Dian se enfrento a las mafias y cazadores furtivos de gorilas con tanta vehemencia y valor que incluso los pocos guardaparques que la apoyaban y eran de Ruanda la admiraban, logrando con ello crear una conciencia de que los gorilas eran motivo de orgullo y les correspondía cuidar esta especie como parte de su riqueza natural y patrimonio nacional. Por eso la mataron, por eso ella murió así. En 1988, gracias al libro que Dian escribió en 1980 mientras dictaba cátedra en la Universidad de Cornell en EEUU, llamado “Gorilas en la niebla”, se realizo una película con la maravillosa interpretación de la conocida Sigourney Weaver-nominada al Oscar ese año como mejor actriz- donde podemos ver en toda su amplitud la naturaleza de la obra de Dian. El Gorila de Odzala Mayo 2014 7 Cuidando a los últimos Un nuevo censo de gorilas de montaña en Ruanda y Congo Kinshasa (RDC) muestra un aumento del 26% de la población de esta especie en peligro de extinción durante siete años. El gorila de montaña es una las principales atracciones turísticas de la región. El análisis de un censo de gorilas de montaña, realizada en marzo y abril de 2010, indica que había un total de 480 ejemplares de gorilas de montaña, “gorilla beringei beringei”, en el macizo de Virunga. El área estudiada comprende tres parques nacionales conexos: el Parque Nacional de Virunga en la República Democrática del Congo, el Parque Nacional de Volcanes en Ruanda, y el Parque Nacional Mgahinga en Uganda. El único otro lugar donde los gorilas de montaña existen es el Impenetrable Parque Nacional de Bwindi, en Uganda. Junto con los 302 gorilas de montaña registrados en Bwindi en 2006 y los cuatro gorilas de montaña huérfanos en un santuario en la República Democrática del Congo, “esto aporta una población total mundial de tan sólo 786 ejemplares”, de acuerdo con la African Wildlife Foundation (AWF). Pero a pesar de esta reducida población total mundial, el censo de AWF proporciona una buena noticia. El último censo realizado en el macizo de Virunga data de 2003, cuando la población se estimaba en sólo 380 ejemplares. “La cifra actual representa un aumento del 26,3 por ciento en la población de gorilas de montaña en esta área durante los últimos siete años, significando una tasa de crecimiento anual del 3,7 por ciento”, según confirman fuentes de AWF a afrol News. Este aumento de la población se había producido “a pesar de la muerte de al menos de nueve gorilas de montaña, en cuatro incidentes separados, en este periodo de tiempo”. “Esta población ha tenido una recuperación absolutamente notable, a partir de los aproximadamente 250 ejemplares que existían hace sólo tres décadas”, declara a afrol News Augustin Basabose, del Organismo Internacional de Conservación del Gorila (IGCP). La recuperación “se ha debido a los incesantes esfuerzos de colaboración de muchas organizaciones e instituciones ¿Cómo se realizó? La elaboración del censo, en sí misma, representó un gran reto para los participantes. Más de 1.000 kilómetros fueron sistemáticamente registrados a pie por 6 equipos mixtos de 72 personas de la RDC, Ruanda y Uganda. Los equipos cubrieron la totalidad del terreno y documentaron meticulosamente nuevos indicios de grupos de gorilas de montaña. El análisis genético de las muestras fecales tomadas fue analizado para identificar y corregir la contabilización de individuos o grupos, asegurando la estimación más precisa de la población de gorilas de montaña. Maryke Gray, que coordinó el censo de gorilas en Virunga, dice que, si bien los gorilas de montaña son objeto de un control permanente, un periódico censo de la población es un paso necesario para su conservación. “El censo permite a todos los que trabajamos en la conservación c rear un punto de referencia. Como cualquier censo, captura la población en un punto específico en el tiempo. Esta prueba nos permite evaluar la situación de esta población en su conjunto y ajustar consecuentemente nuestros esfuerzos de conservación”, explica Gray. Los gorilas de montaña son uno de los principales atractivos de esta parte remota de África Central, representando un importante destino turístico en Ruanda, Uganda y el este de Congo. Las poblaciones de gorilas se habían visto amenazadas por la guerra en la región, que provocó que muchas víctimas de guerra huyesen a los hábitats del gorila de montaña. También la caza furtiva ha sido un gran problema, especialmente durante los pasados conflictos. La amenaza de la caza furtiva, aunque reducida, no ha quedado eliminada. Recientemente, una patrulla transfronteriza descubrió y destruyó unas 200 trampas en el macizo de Virunga, durante una patrulla de cinco días.