Area de Opinión
Por desgracia, en el mundo siguen habiendo cada vez más especies en peligro de extinción, una de ellas es el gorila occidental (Gorilla gorilla), un animal con un ADN muy similar al de los humanos.
Los gorilas se encuentran gravemente amenazados, tanto es así que la Organización de Naciones Unidas (ONU) ha decidido declarar 2009 como el Año Internacional de este primate. Las estimaciones más optimistas señalan una población mundial de 200.000 ejemplares, mientras que las más pesimistas se quedan en sólo 6.000.
Los grandes simios se nos parecen. El cerebro de chimpancés o gorilas es casi idéntico al de los humanos. Nuestro ADN sólo se diferencia en un 2 por ciento y el sistema inmune es tan semejante que podemos contraer las mismas enfermedades. Como nosotros, cada gorila tiene huellas digitales únicas que lo identifican. La sangre es similar y hasta podríamos recibir una transfusión de uno de ellos.
La afinidad no es solo biológica, también nos igualan los comportamientos y las emociones: la tristeza, la desesperación e incluso el humor. Los vínculos fraternales pueden durar toda su vida, unos 40 años promedio. Cuando un pequeño gorila queda huérfano, un familiar se hace cargo; asimismo cuando algún ejemplar sucumbe hay un rito de recogimiento que puede durar viarios días en derredor del cuerpo muerto. La similitud es tan grande que muchos piensan que debieran tener los mismos derechos que las personas.
Conflictos
Ian Redmond tiene una espesa barba. Pareciera que su voz sale entre esos filamentos rojizos que lo adornan. “Los zoológicos son inútiles para salvar a una especie; necesitamos asegurarles condiciones para que se reproduzcan en su hábitat. Los gorilas son extremadamente inteligentes, es como encarcelar a nuestra propia especie sin que haya cometido un delito.” Los conflictos bélicos que se suceden en su hábitat natural desde hace años constituyen su principal amenaza. Es el caso de Ruanda y Uganda, hogar de la tercera parte de los últimos gorilas de montaña del mundo. Además de eso, la caza ilegal también lleva años detrás de los pobres animales, por cuya carne y pieles se pagan grandes sumas de dinero. Por otro lado, el cambio climático y la deforestación inciden negativamente en la supervivencia de los gorilas.