edificios conventuales. Los dos claustro meridionales
estaban separados por el refectorio que era largo
y bajo, y tenía el cielo de relieve en el estuco algo
toscamente decorado.
Las bóvedas de los corredores de los claustros eran
semejantes a la de La Merced. Queda muy poco
de las arcadas del claustro, pero se ve que había un
mínimo de ornamentación en ellas. Eran más importantes las dimensiones que el adorno, lo cual era un
gran contraste, en relación al hermoso claustro de
San Francisco. Esta aspiración a lo grandioso parece
incongruente con la finalidad que profesaba esta orden misionera, que no tenía más renta que las limosnas. Aunque su número no fue limitado al fundarse
este convento, se estableció principalmente para
llevar a cabo una labor misionera entre los indígenas
en todas las regiones del reino, manteniéndose los
religiosos según se suponía en viviendas modestas
lo mismo que lo habían hecho los primeros misionero, desde 1685 a 1701. El 30 de abril de 1740, había
treinta y cinco religiosos en el convento, número que
les parecía inadecuado para mantener el gobierno
monástico, ir a las misiones, predicar, etc., según
relatan los documentos de esa fecha. El tamaño del
convento indica que preveían un grupo tan grande
como el franciscano. Al sur del edificio principal del
convento hay tres dependencias. La más pequeña
es la típica cocina colonial de Santiago. Otro edificio, que sin duda estaba unido al claustro principal
durante el período anterior a 1773, es enteramente
distinto en escala y en carácter.
Aunque se ha reconstruido para vivienda en años
más recientes, bien hubiera podido ser adecuado
para servir de convento cuando el número de religiosos era más reducido. Esto es improbable, pero
el pequeño patio parecido a un claustro, la capilla, la
bóveda y las piezas de tamaño modesto son encantadoras. Todavía franquea la puerta a la capilla
ataurique de buena calidad. El tercer edificio es una
fábrica de dos pisos que sobresale del ángulo sudeste del convento localizada en un lugar separado.
Habría podido ser esta la enfermería o muy posiblemente un hospicio.
El convento de la Recolección ha sufrido también
una variedad de depredaciones del hombre. En
época más temprana de este siglo, se quitaron las
arcadas para hacer una piscina en el primer claustro
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Issue No. 1 • 2016