Se podían leer textos como el siguiente : “ Hay hermosas garbanceras de corsé y alto tacón , pero han de parar en calaveras , calaveras del montón ”.
Posada le dibujó también a su creación unos moños detrás de las orejas , como solían usar las empleadas domésticas , para “ recordarles sus orígenes ”.
La ilustración de la Calavera Garbancera se reprodujo en cientos de hojas sueltas del diario que eran vendidas por unos centavos a los transeúntes de la capital , pero se quedó en el imaginario mexicano cuando Diego Rivera la incluyó en su mural “ Sueño de una tarde dominical en la Alameda central ”, en el que quiso hacer un homenaje a José Guadalupe Posada .
Verónica Zacarías , profesora y guía del Museo José Guadalupe Posada ubicado en la ciudad de Aguascalientes , ha comentado en diferentes entrevistas que Diego Rivera conoció al grabador mientras este trabajaba en su taller en el centro de la Ciudad de México y tras su fallecimiento en el año de 1913 , el muralista contribuyó a que su obra fuera conocida en todo el mundo .
En su mural , además de incluir a Posada como a uno de los personajes centrales , Rivera completó el cuerpo que hacía falta a la imagen original de la Calavera Garbancera , y con ello “ le cambió el estatus ” social al retratarla con la elegancia de una mujer de la alta sociedad y desde entonces conocida como LA CATRINA .
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