GS: Has construido una carrera sólida en cine, teatro y televisión, con reconocimientos importantes en festivales y premios. ¿ Qué aspectos de tu trabajo como actriz sientes que te definen y diferencian en la industria actual? KG: Creo que hoy tengo una mayor claridad sobre lo que quiero decir a través de mi trabajo. Mi deseo profundo es que los proyectos en los que participó coincidan con mi impronta, con esa mirada personal sobre los temas que me atraviesan y que considero esenciales. Busco que cada personaje dialogue con lo que soy y con lo que quiero expresar del mundo. A veces lo consigo, y muchas otras no. La industria aún está limitada por viejos prejuicios y estereotipos; parte de mi camino es transitarlos, abrir espacio y dejar un sendero más claro para quienes vengan después.
GS: Has trabajado en más de 9 largometrajes, 15 cortometrajes y 13 obras de teatro, además de recibir reconocimientos como Mejor Actriz en el San Luis Festival 2025. ¿ Cuál consideras que ha sido el papel más desafiante hasta ahora y por qué? KG: Creo que el reto más grande ha sido ser actriz. Más allá de los personajes, lo desafiante es permanecer en la industria, construir una carrera, deconstruir la idea que una tiene de sí misma— y la que los demás también tienen—. Estar vigente, entrenada, actualizada, y aprender a navegar la exposición que implica este medio, donde lo íntimo a veces se vuelve público. Ese equilibrio, entre lo personal y lo profesional, ha sido el papel más complejo y a la vez el más enriquecedor.
GS: Interpretaste a la icónica India María en El Último Rey y actualmente das vida a Violeta en Las Azules( AppleTV). ¿ Cómo abordas la versatilidad que requiere pasar de un personaje tan icónico a uno contemporáneo y propio de la ficción actual? KG: La India María representó un reto enorme, sobre todo por tratarse de alguien real, muy reconocible, y de quien existe mucha información del personaje pero poco de la actriz detrás. En lugar de intentar imitarla, elegí conectar desde la esencia: entender qué puntos teníamos en común como mujeres y artistas. Decidí soltar la necesidad de copiarla y enfocarme en divertirme y honrarla. Para llegar ahí, la estudié mucho: su forma de hablar, de moverse, de respirar … y luego dejé ir las expectativas para simplemente disfrutar las escenas.
Estar vigente, entrenada, actualizada, y aprender a navegar la exposición que implica este medio, donde lo íntimo a veces se vuelve público. Ese equilibrio ha sido el papel más complejo y enriquecedor.
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