El Slow food, comida lenta, pretende luchar contra la cultura del Fast food, comida rápida y recuperar el gusto y el placer de disfrutar comiendo. Recuperar los sabores y las costumbres tradicionales y dedicarles el tiempo necesario para disfrutarlas.
Este movimiento rechaza los hábitos que disminuyen la calidad de vida y promueve un estilo de vida más lento y relajado que permita a las personas disfrutar de toda sus actividades, desde la comida hasta el tiempo de ocio.