Gestión del Riesgo en Colombia Gestion Riesgo Banco Mundial Colombia | Page 259

como la educación y la operación de centros de salud. En cuanto a la economía, la suspen- sión del sistema genera impacto no sólo en las empresas prestadoras de acueducto y alcanta- rillado, sino también en todos los ámbitos pro- ductivos y comerciales. Una de las principales causas de la vulnerabilidad frente al desabastecimiento de agua en Colombia es que el 95% de los acueductos se aprovisionan de corrientes superficiales, provenientes en su mayoría de cuencas pequeñas; a esto se le suma la fal- ta de redundancia en los sistemas de capta- ción y fuentes abastecedoras, exponiendo la prestación del servicio a la fluctuación del comportamiento hidroclimático. De acuer- do con el Ideam (2010), el abastecimiento de agua para consumo humano se hace princi- palmente a partir de fuentes superficiales, especialmente de montaña con caudales pe- queños, que se puedan distribuir por grave- dad. Estas condiciones, sumadas al aumento de la población, la demanda de agua y a la au- sencia de sistemas de redundancia, expone la prestación del servicio a las fluctuaciones del clima, dando la posibilidad a la suspensión del suministro en épocas de estiaje, daños en las obras de captación y aducción en épocas de lluvias intensas por las crecientes de las fuen- tes abastecedoras. La población colombiana se concentra en las regiones de menor oferta hídrica, con más de siete millones de personas ubicadas en cuencas con Índices de Uso de Agua alto o muy alto, mientras que la presión demográ- fica y la demanda de agua siguen aumentan- do. El 66% de los grupos poblacionales en el país se asientan entre los 1.000 y 3.000 msnm, donde se encuentra el 34% de la oferta hídri- ca (Ideam, 2010). Adicionalmente, 708 de las 234 1.119 cabeceras municipales se localizan en la cuenca Magdalena-Cauca, cuya oferta de agua superficial no alcanza el 15% de la totalidad na- cional. El Índice de Uso del Agua (IAU), mide la presión de la demanda del agua superficial con respecto a la oferta, es decir, un índice alto implica una fuerte presión sobre la oferta dis- ponible (Gráfica 4.8). Según el IAU, para un año con comportamiento climático medio, hay 4’078.895 de personas en 24 cabeceras muni- cipales con un índice muy alto; mientras que al pasar a un año seco, el IAU muy alto afec- ta a 6’248.750 de personas de 55 cabeceras. Adicionalmente, el aumento demográfico y la presión sobre el recurso agua para otros usos, incrementa permanentemente la probabilidad de desabastecimiento en las zonas que ya se en- cuentran bajo estrés hídrico. Es probable que la mayor concentración de riesgo por dichas condiciones se presente en la ciudad de Cúcu- ta, la cual toma el agua principalmente del río Pamplonita, corriente que hoy está exigida al límite (Costa, 2005). Sismos, erupciones volcánicas, des- lizamientos y otras amenazas, además de la climática, también generan riesgos en la infraestructura de agua y saneamiento. El sistema está expuesto a múltiples amenazas, tanto de carácter natural (sismos, actividad volcánica y fenómenos de remoción en masa), así como de carácter antrópico (alteración de la calidad del agua por vertimientos de sustan- cias tóxicas y peligrosas, y atentados terroris- tas). Por otra parte, las fallas en los servicios de agua potable y saneamiento básico son fac- tores generadores de emergencias en salud y en otros ámbitos. Algunas de las emergencias ocurridas entre el 2006 y el 2010 se pueden observar en la Tabla 4.5. Análisis de la gestión del riesgo de desastres en Colombia: un aporte para la construcción de políticas públicas