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Recuadro 3.5. Casos de estudio regionales, en breve (continuación)
Tabla 3.5. Características físicas e institucionalidad (continuación)
Caso
Cuenca del
río Bogotá
Departamentos
que comprende
Cundinamarca
Municipios que lo
componen
Las CAR encargadas
41 municipios, sin incluir Bogotá, CAR (Corporación
Autónoma Regional de
Villapinzón, Chocontá, Suesca,
Sesquilé, Gachancipá, Tocancipá, Cundinamarca)
Zipaquirá, Cajicá, Sopó, Chía,
Cota, Nemocón, La Calera,
Cogua, Guatavita, Guasca, Tabio,
Tenjo, Funza, Mosquera, Soacha,
Sibaté, Subachoque, El Rosal,
Madrid, Facatativa, Bojacá, San
Antonio del Tequendama, Tena,
La Mesa, El Colegio, Anapoima,
Apulo, Tocaima, Agua de Dios,
Ricaurte, Girardot, Zipacón,
Cachipay, Anolaima y Viota.
Característica física principal
El río Bogotá nace en el páramo de Guacheneque, cerca del municipio
de Villapinzón, a 3.300 msnm, y sus aguas fluyen hacia el sureste hasta
desembocar en el río Magdalena, en Girardot, a 280 msnm. Su recorrido
es de 375 km. La cuenca se divide en tres partes principales, de acuerdo
a sus características topográficas y climáticas: cuenca alta, comprendida
entre su nacimiento y el inicio del perímetro urbano de Bogotá; cuenca
media, desde el inicio del perímetro urbano hasta las compuertas del
municipio de Alicachín, cerca al Salto del Tequendama; y cuenca baja,
desde Alicachín hasta su desembocadura en el río Magdalena, con 1.691
km 2 . Las dos primeras cuencas cubren un área de 4.305 km 2 .El estudio de
caso se concentró en la problemática de la Sabana de Bogotá.
(1)
El Canal del Dique, abierto en 1650, funcionó inicialmente conectando al río con la antigua Bahía de Matuna (y ésta con la de Cartagena a través del llamado Caño del Estero), hasta 1934, cuando las
necesidades de navegación y la disponibilidad de equipos para el corte de materiales duros permitieron conectar directamente el Canal con la Bahía de Cartagena gracias al corte de Paricuica cerca de la
población de El Recreo. Desde 1934 hasta la fecha, se han realizado tres rectificaciones y dragados del Canal para mejorar la vía navegable. La última intervención fue realizada en 1984, dejando un canal
de 116 km de longitud, un ancho aproximado de 80 a 90 metros con profundidades variables entre 3 y 10 metros y un caudal medio de 540 m 3 /s, mayor al que se daba anteriormente.
Tanto en zonas rurales como urbanas, la relación entre riesgo de desastre y pobreza crece aún más por la degradación del medio ambiente. Los ecosistemas
naturales (humedales, bosques, manglares y cuencas) desempeñan un papel fundamental en la regulación de la frecuencia y la intensidad de amenazas tales como
inundaciones y deslizamientos. Con mucha frecuencia son además una importante fuente de ingresos adicionales para las personas pobres. La degradación de los ecosistemas
disminuye su capacidad para aportar estos servicios, y aumentan por ello las amenazas y la vulnerabilidad. Las comunidades de los países en desarrollo suelen depender de
manera desproporcionada de las aportaciones de los ecosistemas. (EIRD, 2009, p.10)
Tabla 3.6. Características socioeconómicas regionales. Casos de estudio
Zona de estudio
Región de La Mojana
Ecorregión del Canal del Dique
Cuenca del río Sinú
Cuenca del río Bogotá
Extensión
(Ha)
Población (1)
500.963
Viviendas (1)
Pobreza (1)
(NBI)
463.372 76.362 70.9
500.000 677.159 122.118 59.5
1’395.244 1’068.204 244.327 62.3
400.830 24.5
600.000
1’201.345
(2)
(1) DANE, 2005a.
(2) Este dato no incluye la ciudad de Bogotá. Según el Censo del 2005, para Bogotá se tiene un total de 7’363.782 habitantes.
“En las zonas rurales de bajos ingresos, la pobreza se traduce en riesgo de desastres por la vulnerabilidad de los medios de vida rurales. El acceso limitado
a tierras productivas, a la tecnología, a los créditos y demás activos de producción, significa que los hogares rurales pobres dependen en gran medida para
sus medios de vida y su subsistencia de la agricultura. Las dificultades en el acceso a los mercados, unas políticas comerciales desfavorables y la falta de
inversión en infraestructuras amplifican la vulnerabilidad” (EIRD, 2009, p. 10). En el 2003, la pobreza era una característica de la región de La Mojana; sin embargo,
la sectorización coincide con las características naturales de inundabilidad. Para ese mismo año, el indicador de NBI correspondían a 85,1% (Aguilera, 2004); la pobreza
estaba relacionada principalmente con el problema de acceso a la tierra y bienes comunes, así como con la disminución de actividades agrícolas y la producción pesquera. Al
analizar las dos zonas típicas de La Mojana se encuentra que la zona norte, o zona inundada, es más pobre y vulnerable que la zona sur, o zona terrestre; en la zona norte más
del 70% de las familias son pobres, tienen limitado el acceso a la tierra y sus pobladores dependen de las actividades extractivas de caza y pesca, lo que evidencia una alta
interdependencia de la subsistencia y el estado de los ecosistemas.
Rol de la administración del territorio en la gestión del riesgo de desastres
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