Gestión del Riesgo en Colombia Gestion Riesgo Banco Mundial Colombia | Page 200

de la cuenca del río Aburrá; el Plan Estratégico Ha- bitacional de Medellín 2020, que está incluido en el POT, pero sin considerar cómo se adelantará la inversión; el Plan Operativo de Manejo de Cuen- cas Hidrográficas (POMCA); el Plan de Gestión Ambiental Municipal de Cali 2005, el cual no tiene articulación real con los instrumentos de ordena- miento y de desarrollo de la ciudad; los Planes de Manejo y Ordenación de Cuencas del Zulia y del río Pamplonita en Cúcuta, que tienen debilidades en la evaluación de los riesgos y en la definición de alcances, cronogramas y presupuestos; o la Agen- da para la Gestión Ambiental del Municipio de Manizales 2002, que, pese a reconocer el tema de la gestión del riesgo, es un instrumento que carece de relevancia ante los agentes responsables. Frente dicha situación de recursos de inversión limitados, existen alternativas que señalan un mejoramiento y un avance en la entidad territorial sólo con el he- cho de visibilizar la problemática del riesgo y los desastres en las agendas internas de trabajo de las instituciones y dependencias de cada administra- ción municipal, estableciendo metas coherentes y haciendo seguimiento al cumplimiento de las funciones de cada instancia. Adicionalmente, ca- sos como el de Bogotá reportan el uso efectivo de otros instrumentos como el Plan Distrital de Pre- vención y Atención de Emergencias, los Planes de Acción para la Prevención y Mitigación de Ries- gos, la Agenda Regional para la Gestión del Riesgo, la Gestión del Riesgo para el Manejo Integral de Cuerpos de Agua y el Programa de Reasentamien- to de Familias localizadas en zonas de alto riesgo no mitigable, entre otros. 3.2.4.2. Uso y efectividad de los instrumentos de financiación Los instrumentos para la financiación y la inversión en gestión del riesgo son poco usa- dos, y básicamente los recursos corresponden a los ingresos corrientes de los municipios (37%), seguidos por las transferencias del Sistema Ge- neral de Participaciones (SGP) (21,1%), aunque se identifican algunos casos exitosos como el de Bogotá. Una lectura desde los estudios de caso permite reconocer que en Bogotá la gestión del riesgo es un criterio estratégico en los instrumen- tos fiscales de mediano plazo, expresando de ma- nera suficiente el compromiso del aparato público distrital con esta noción y la responsabilidad debi- da en el cumplimiento del mismo, considerando su relevancia para efectos del seguimiento y la eva- luación financiera a que está sometida la ciudad a través de su participación en el sistema financiero mundial –el Fondo de Prevención y Atención de Emergencias de Bogotá, como entidad adscrita a la Secretaria de Gobierno, recibe ingresos de las fuentes propias del Distrito básicamente de im- puestos–. En función del proceso económico se han gestionado algunos créditos con la banca mul- tilateral para apalancar proyectos de gestión del riesgo, además de un porcentaje de los recursos que recibe el Distrito por su participación en los ingresos corrientes de la nación (0,5% de los ingre- sos corrientes tributarios de la ciudad). Se destaca que para evitar la inestabilidad y la discrecionali- dad en la asignación de recursos para los distintos tipos de gastos asociados a la gestión del riesgo, se ha establecido la obligatoriedad de entregar al FO- PAE un porcentaje de los ingresos corrientes del Distrito, concepto que ha tenido un crecimiento constante desde 1995, como resultado de la estra- tegia financiera de la ciudad. Diversas experiencias se identifican en Manizales desde el campo de los instrumen- tos de financiación para la gestión del riesgo. Como por ejemplo, el Acuerdo Municipal del 3 de diciembre del 2009, por medio del cual se es- tablece una sobretasa ambiental del 2 por mil con destino a la gestión ambiental del municipio, para las vigencias fiscales 2010 al 2019; el programa de protección de edificaciones públicas esenciales, patrimoniales, vitales, e incluso del sector privado, Rol de la administración del territorio en la gestión del riesgo de desastres 175