Gestión del Riesgo en Colombia Gestion Riesgo Banco Mundial Colombia | Page 168
inundaciones, que permitan determinar la via-
bilidad del futuro desarrollo, siempre y cuando
se garantice la mitigación de la amenaza y/o
riesgo. En estos estudios deberá incluirse el di-
seño de las medidas de mitigación y serán ela-
borados y firmados por profesionales idóneos
en la materia, quienes conjuntamente con el
urbanizador serán responsables de los mismos,
sin perjuicio de la responsabilidad por la co-
rrecta ejecución de las obras de mitigación. En
todo caso, las obras de mitigación deberán ser
ejecutadas por el urbanizador responsable o,
en su defecto, por el titular durante la vigencia
de la licencia.
Múltiples actores, acciones no coordi-
nadas y falta de claridad en responsabilidades,
son factores que conllevan a indebidas inter-
venciones en las cuencas, aumentando así el
riesgo existente. En el manejo de la mayoría de
cuencas del país intervienen las diferentes CAR,
los municipios y departamentos, entre otros en-
tes, para lo cual se requiere que el POMCA per-
mita orientar las acciones requeridas de manera
coordinada, donde confluya la participación
presupuestal de los diferentes actores involucra-
dos. El Recuadro 2.7 presenta un caso de estudio
en la cuenca media y alta del río Bogotá al res-
pecto de este tema.
Recuadro 2.7. Rol de los diferentes actores sociales involucrados en el manejo de
la cuenca media y alta del río Bogotá
Las entidades con responsabilidad en el control y manejo de inundaciones en la cuenca media y alta del río Bogotá, son por una parte las entidades del
Distrito Capital: la Empresa de Acueducto de Bogotá (EAB), el DAMA, la Empresa de Energía de Bogotá (EEB) y el Fondo de Prevención y Atención de
Emergencias (FOPAE), y a nivel regional está la Corporación Autónoma de Cundinamarca (CAR). Sólo dos de ellas, la CAR y la EAB cumplen funciones de
regulación hidráulica. Desde el 2004, por sentencia del Tribunal Administrativo de Cundinamarca, la CAR es la responsable de la adecuación hidráulica del
río Bogotá, que incluye el dragado del cauce, su ampliación, la construcción de jarillones en ambos márgenes y la adecuación de los numerosos puentes
que atraviesan el río. Por su parte, la EAB tiene la responsabilidad del saneamiento ambiental del río, incluyendo la construcción y operación de los sistemas
interceptores de aguas servidas y sistema de canales abiertos, así como la operación de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) El Salitre,
como elementos específicos de operación del sistema de drenaje de la ciudad.
El agua del río y de los embalses se utiliza para el abastecimiento de los acueductos de poblaciones como Zipaquirá y Bogotá. También se usa para riego, en el
distrito de riego La Ramada de la CAR y en numerosas fincas y empresas privadas para uso agropecuario, industrial y recreacional. El río es además el emisario
final de todos los sistemas de alcantarillado pluvial y sanitario de todas las poblaciones de La Sabana, estando contaminado en grado sumo a todo lo largo de su
recorrido desde la población de Villapinzón (Cundinamarca), donde las industrias artesanales del cuero lo contaminan con taninos y químicos peligrosos.
La CAR ejerce funciones de control de inundaciones mediante el bombeo del río Bogotá al embalse de Tominé. Los otros dos embalses existentes, El Neusa
y el Sisga, son de mucha menor capacidad y controlan porciones muy pequeñas de la cuenca, aunque evidentemente también contribuyen al control de
inundaciones en menor medida. El saneamiento del río será finalmente iniciado con el megaproyecto de adecuación que lidera la CAR, a partir del segundo
semestre del 2011.
La EEB es un usuario de mucha importancia, debido a la cadena de generación hidroeléctrica del Salto del Tequendama; además, opera con este mismo
fin el embalse de Tominé, que sin embargo está a cargo de la CAR para efectos de control de inundaciones, mediante el bombeo de hasta 16 mcs del río
Bogotá. Con tantos actores involucrados, la EEB ha llegado a pensar en vender el embalse de Tominé a otro usuario, (CAR o EMGESA), dado que en últimas
no le pertenece a esta empresa la totalidad del espacio de almacenamiento y sí le corresponde todo el mantenimiento de la infraestructura.
Hasta hace muy poco existieron conflictos evidentes entre las entidades del Distrito Capital y la CAR. Esta última entidad, de alcance regional en toda la
cuenca, es la que posee una mayor capacidad administrativa para regular las aguas del río, por ser la autoridad ambiental y de control de los recursos
hídricos; además de poseer el presupuesto necesario para hacer obras. La CAR cuenta con un Comité Hidrológico relacionado con la planeación del recurso
hídrico con las entidades del Distrito, pero éste no tiene carácter decisorio para la CAR, por lo que su efectividad es muy limitada. El FOPAE creó en el 2006 el
Comité Hidrológico de Emergencias, que funciona solamente en caso de niveles altos en el río.
En síntesis, para el caso de la cuenca del río Bogotá, se identifican presiones de carácter social, económico y político, que han incidido en un proceso de
planificación inadecuado para la ciudad y la región, siendo fundamental la implementación de acciones normativas y de seguimiento y control para reducir
los conflictos de uso y la expansión territorial desarticulada a la realidad territorial.
Riesgo de desastres en la gestión pública
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