Gestión del Riesgo en Colombia Gestion Riesgo Banco Mundial Colombia | Page 123

actividades relacionadas con la construcción, así como defender y controlar el patrimonio ecológi- co y cultural del municipio. Esto implica incorpo- rar la gestión del riesgo como principio orientador de su planificación y gestión segura, a través de la conducción y ejecución de las intervenciones para prevenir el riesgo futuro, reducir el ya existente y manejar los desastres en caso de que se presenten. Bajo el modelo de descentralización es- tablecido por la Constitución, los gobiernos lo- cales deben contar con una mayor autonomía, responsabilidades y poder de decisión frente al devenir de su territorio. Por eso la responsabi- lidad de ejecución de las acciones de gestión del riesgo deben recaer claramente en el nivel local. Se debe promover una organización más descen- tralizada que respete la autonomía de los munici- pios, recordando que el nivel gestor por excelencia es el local, según el art. 311 CP, que caracteriza al municipio “como entidad fundamental de la divi- sión político administrativa” (acento añadido). Por lo tanto, se debe ajustar el marco legal en cumpli- miento de estos principios y asignar claramente la responsabilidad al gobierno municipal, resolvien- do la dicotomía existente entre los Comités Locales y la administración municipal, y contemplando la posibilidad de que el mismo Consejo de Gobier- no Municipal se constituya en el Comité Local, como lo plantea el texto que se encuentra actual- mente en conciliación en el Congreso (Proyecto de Ley No. 158 de 2011 Senado, 050 Cámara de Representantes), al cual se invitarán a participar otros actores, tanto públicos como privados pre- sentes en el territorio y que tienen relación con la gestión del riesgo. Sólo cuando los procesos de gestión del riesgo o los desastres afecten a más de un municipio o la capacidad local sea superada, debe intervenir el nivel regional, y cuando la capa- cidad de ambos sea sobrepasada, el nivel nacional desempeñará funciones operativas o ejecutoras en ejercicio de los principios de concurrencia y subsi- diariedad (art. 288 CP). 98 La planificación del uso del suelo urba- no, principal estrategia para reducir el riesgo en el ámbito municipal ha estado planteada desde 1989, pero en la mayoría de los casos no se ha aprovechado e implementado de la manera adecuada. La Ley 9 de 1989 (Reforma urbana) incluyó elementos claves de la planifi- cación urbana, que se tomaron posteriormente por la Ley 388 de 1997. La Ley 9 fue la primera iniciativa que obligó a los municipios a elabo- rar un inventario de los asentamientos humanos de alto riesgo y trasladarlos a áreas apropiadas. Además, instó a los municipios a tomar las me- didas y precauciones necesarias para evitar que las zonas de riesgo liberadas fueran utilizadas nuevamente para la vivienda. Esta obligación ha sido encargada a las alcaldías, pero se ha cum- plido de manera limitada. Por lo tanto, después de 22 años, el Plan Nacional de Desarrollo 2010- 2014 establece la necesidad de que el MVCT genere una metodología para la elaboración de inventarios de zonas de riesgo. De otro lado, el POT, según la Ley 388, tiene un alcance de largo plazo y busca mejorar la calidad de vida y complementar la planificación económica y social con la dimensión territorial, para racio- nalizar las intervenciones y orientar su desarro- llo y aprovechamiento sostenible, a través de la formulación de las restricciones y condiciona- mientos para el manejo del suelo, que incluye la elaboración de los estudios e inventarios de zonas de riesgo, la definición de zonas sujetas a riesgos que admiten algún tipo de interven- ción (riesgos mitigables) 14 y de aquellas que no la permiten (riesgos no mitigables) (SNPAD y Banco Mundial, 2010). En el marco de la planifi- 14 La mitigabilidad se puede entender como una condición en la que es fac- tible técnica, económica, social y políticamente intervenir un territorio para reducir el riesgo de deslizamiento a efectos de que permanezcan la población, la infraestructura y las actividades económicas dentro de márgenes razona- bles y socialmente aceptables de seguridad (Ramírez & Rubiano, 2009a). Análisis de la gestión del riesgo de desastres en Colombia: un aporte para la construcción de políticas públicas