M
A
N
E
J
A
N
D
O
-GESTIONEMOS DESDE JÓVENES-
Oímos hablar de éxito en todas partes.
Se supone que es el propósito final de todas
las acciones que emprendemos. Utilizamos la
palabra mecánicamente…
Queremos ser profesionales exitosos, formar una
pareja exitosa, alcanzar el éxito económico… Sí, queremos todo eso, pero ¿Exactamente a qué llamamos “éxito”?
Y, sobretodo, ¿Cómo medir cuánto éxito es suficiente?
Se ha generalizado la idea de que alcanzar el éxito es
“no tener que preocuparse por nada”. Que en tu familia todo funcione como un reloj. Que puedas comprar lo
que se te antoje, sin hacer previamente sumas o restas.
Que los demás halaguen tu labor y consigas un cargo
directivo. Que seas popular o famoso. Podríamos contar con los dedos de la mano a quienes tienen todo eso.
LA
COMPETITIVIDAD
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