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Un tercer socio de Soros es Rafi Eytan, antiguamente el contacto en Londres
entre el Mossad y el servicio secreto británico.
Básicamente Soros no es más que una herramienta en manos del alto
mando de la guerra política conducida por los Rothschild. Pertenece a los
círculos que hace pocos años organizaron la campaña de odio llamada
‘Cuarto Reich’ en contra de la reunificación Alemana.
Soros es rabiosamente anti-alemán
En su autobiografía ‘Underwriting Democracy’, 1991, Soros advierte del
peligro que una Alemania unificada pudiese,
“perjudicar el equilibrio de fuerzas en Europa… No es difícil ver de qué
manera podrían aparecer nuevamente las condiciones de entreguerras. Una
Alemania unida se convertirá en el poder financiero más fuerte y
desarrollará a la Europa Oriental para su propio espacio vital… una terrible
pócima encantada.”
A través de sus contactos en EE.UU. Soros está presente en los círculos del
servicio secreto y de las finanzas dentro de la Casa Blanca.
El más importante de sus bancos de depósitos y principal financista en su
golpe al sistema cambiario europeo en septiembre del 93 fue el
“CITICORP”, el banco más grande de los EE.UU. Soros conminó a los
inversores internacionales a desbancar el Marco Alemán.
Cuando en 1989 se firmó la reunificación alemana un muy alto ejecutivo del
Citicorp, anteriormente asesor para la campaña presidencial de Dukakis,
declaró:
“La unidad Alemana será catastrófica para nuestros intereses. Debemos
tomar medidas para provocar una caída segura del marco en un 30%, a fin
de que Alemania no pueda reconstruir al sector oriental y convertirlo en un
factor económico de peso dentro de una nueva Europa”.
Soros, quien a decir de sus colaboradores tiene un ego increíble, relata
personalmente como sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial en Hungría,
siendo judío, mediante una identidad falsa.