GEO Adventure Magazine Dec. 2014 | Page 21

C ada aventura tiene su encanto, sus personajes, su lección, su marca… y en esta oportunidad también tuvo sonidos, colores, olores y sensaciones muy particulares: la imponencia de un volcán y un paisaje de valles y montañas que degradan su verdor en ríos y cascadas que se funden con los azules de la cúpula celestial. Sumado a ello, una energía trascendental que se percibe al adentrarse en la selva, donde recorrimos espacios que otrora fueron refugio de civilizaciones ancestrales y que aún hoy en día no dejan de sorprendernos por sus grandiosas estructuras, su capacidad organizativa y funcional. Los invitamos a que nos acompañen a través de la galería de imágenes que ilustran esta sección dedicada a esos espléndidos “caminos verdes” de Costa Rica que, en esta oportunidad, recorrimos por los lados del Pacífico Sur y por el centro de este increíble y biodiverso país centroamericano al cual recién comenzamos a conocer. Corcovado; cubrimos el trayecto en una avioneta pequeñita modelo Cessna 206, catalogada por los conocedores de este medio de transporte como “el utilitario deportivo del aire”. Luego de esta espectacular experiencia de vuelo podemos certificar sin reservas lo apropiado de tal categorización. A esa cualidad de la aeronave, debemos destacar el extraordinario valor agregado que le confiere su piloto, el Capitán Álvaro Ramírez, un emblemático personaje de ese lugar, conocedor, testigo y protagonista de interesantes historias y anécdotas. Ramírez tiene 27 años volando; 18.000 horas de vuelo y sumando… Es el “todopoderoso” de la rudimentaria pista de aterrizaje que permite llegar o salir de la Sirena luego de una exigente maniobra, que para Ramírez es sólo tema de “equilibrar bien el peso y ya…” Al poco tiempo de llegar a la Estación de Guardabosques, emprendimos junto a un grupo de sus guías una breve pero intensa caminata para ver y sentir de cerca la naturaleza pura e indómita del lugar. El calor húmedo predomina y se incrementa cuando nos acercamos a la zona de los manglares. Al sendero, de vegetación muy tupida, lo arropan árboles muy altos. Está bien demarcado y se hace relativamente sencillo recorrerlo. Durante la caminata los guías fueron compartiendo con nosotros parte de su experiencia y detallándonos aspectos relacionados a la flora y la fauna del lugar, igualmente, comentarios sobre otros caminos que se adentran aún más en esta frondosa selva. “Son caminos más largos y con poca o ninguna señalización. A través de ellos uno puede llegar a las otras 3 Estaciones de Guardabosques que están en Corcovado. La caminata para recorrerlos exige un promedio de 5 a 8 horas, requiere tramitar permisos y la asistencia de por lo menos un guía”. Por los caminos verdes de / THROUGH THE GREEN PATHS OF Vuelos y aventuras por la selva del P.N. Corcovado Esta aventura inicia su periplo a partir del Aeropuerto Internacional Juan Santamaría, junto a un grupo de periodistas, fotógrafos, camarógrafos y representantes del Instituto Costarricense de Turismo (ICT) quienes, unidos a los guías locales, fueron la mejor compañía para orientar y facilitar nuestra misión de convertir este viaje en historias e imágenes que nos inviten a “Turistear por Costa Rica”. A nuestro grupo le toco abordar una aeronave de Nature Air; su particular tamaño y colorido diseño te acentúan que estás a punto de recorrer y conocer lugares nuevos; una eufórica ansiedad se hace presente para dar entrada a esta nueva travesía de vida... La sensación expedicionaria hace que la adrenalina inicie su dosificación como si fuese administrada con “microgotero”. Costa Rica El tiempo de vuelo hasta Puerto Jiménez (Provincia de Puntarenas), fue breve e interesante por los paisajes y la excelente visibilidad que tuvimos esa espléndida mañana desde las alturas. Puerto Jiménez está ubicado en lugar que podríamos definir como la entrada a Golfo Dulce, antaño (1970) fue centro de extracción de mineral aurífero. Actualmente cuenta con diversos servicios como entidades financieras, restaurantes, un hospital, hoteles y supermercados, entre otros; además el pequeño aeropuerto por el cual llegamos para visitar el Parque Nacional Corcovado. De ahí seguimos nuestra travesía —ahora por tierra— en unas vans que luego debimos dejar y pasarnos a unos camioncitos acondicionados para transportar personas. Esta otra etapa del viaje tenía, como punto de llegada y despegue, una pista aún más pequeña ubicada justo al lado del litoral pacífico costarricense, a un costado de la misma vía que conduce a Carate, poblado que no conocimos, pero que luego de investigaciones hechas a través de internet, será —con toda seguridad— un sitio al que iremos en algún momento futuro por este detalle que hallamos en la red: “Carate es conocido como el secreto mejor guardado de Costa Rica. Esta es la razón por la cual no mucha gente viene aquí de vacaciones...” ¿Y a qué aventurero no le gusta develar o conocer lugares secretos...? Ya en el aeródromo de Playa Carate, ubicado en la Península de Osa, comenzó de nuevo la sensación de “microgotero” pero aquí con mucho más fuerza. ¡Y vaya que sobraban motivos! En grupos de 4 personas realizamos un corto vuelo (7 minutos aproximadamente) hasta la Estación de Guardabosques Sirena, situada en el corazón del Parque Nacional texto / text | foto / photo Germán Briceño Turi ͵