Generando Arte La Revista - Número 1 Generando Arte. La Revista Número 1 (Febrero 2015) | Page 46
La estirpe de Herodes
C
ada año se celebraba el día de los
“niños inocentes” a los que mandó
matar el “cruel” Herodes ante su
temor a ser destronado, a perder el poder.
Toda la historia de los seres humanos
está repleta de vidas inocentes sacrificadas
para que otros puedan mantenerse en sus
privilegiados estatus...
Hoy día lo vemos a diario. Se repiten
imágenes de pequeños desahuciados de sus
casas y de sus derechos más elementales, en
estados sociales que masacran cruelmente
su inocencia.
Cuentan que los Magos, que buscaban al
pequeño Jesús, fueron interrogados y engañados para poder obtener informaciones
beneficiosas al poder. Tenían que volver a
palacio, pero parece ser que, para entonces,
Jesús ya se encontraba en viaje hacia Egipto,
bebé inmigrante huyendo de una muerte
segura, como tantos otros bebés de hoy.
Sí, hoy, siglo XXI, muchos otros pequeños huyen de sus lugares de origen, de las
injusticias que perpetran Herodes modernos codiciosos y psicópatas, liberales, populares y sociolistos que, lejos de protegerles,
les niegan el derecho a la vida.
Sus padres, en travesías de miles de kilómetros de penalidades extremas, buscan en
lugares lejanos otros países de acogida.
A ellos, ningún ángel les tocará la cítara
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Princesa, 2014
Concha Mayordomo
en un descanso del camino, ni las palmeras
extenderán sus hojas para cobijarles bajo su
sombra.
A veces, sí, algunos de estos inocentes
se encuentran con ángeles que, móviles
en mano, redes sociales en plena comunicación, cámaras testimoniales, denuncias
constantes y con todo el amor que les cabe
en su inmenso corazón, les ayudan en el
peregrinaje. Y de tanto acompañar su paso,
olvidaron lo que eran para hacerse humanos.
Casi a diario vemos a Marías con niños
en brazos, huyendo del dolor para caer en
manos de los depredadores de derechos
elementales, en un canto al desprecio por
la vida y el sufrimiento de los inocentes.
Las cifras y las estadísticas desbordan mi
capacidad de comprensión. De nada sirven
cartas de derechos y declaraciones firmadas por las Naciones, cuando en tantos
lugares ser niño es un infierno: hambrientos, sin acceso a la educación, esclavos,
soldados, robados, violados, sin vacunas ni
tratamiento, etc.
Ha empezado ya un nuevo año y seguro
que en él seguiremos encontrándonos
con travesías donde pequeños y mayores
emigran en busca de nuestro abrazo, pero
nuestros “Herodes” seguirán diciendo,
como se dice en México en este día: “inocente palomita, que te dejaste engañar”,
cual si de la típica broma se tratase.
A no ser que nosotros lo impidamos...
Hubo un tiempo en el que el nacimiento
de un niño era una bendición, en la actualidad es una reserva de sufrimiento.
Me pregunto: ¿Seré yo una impenitente
“inocente” por seguir creyendo que podremos vencer a Herodes?
Marián del Toro