Generando Arte. La Revista Nº 0 | Page 29

El cuarto de invitadas Colombia: Mujer y Arte E l acercamiento de la mujer al arte en Colombia se produjo después del establecimiento y consolidación de las academias de Bellas Artes, a finales del siglo XIX en las ciudades de Medellín y Bogotá. Estos centros estaban dirigidos exclusivamente para la formación en el área de alumnos hombres. Las mujeres que inicialmente tuvieron acceso fueron aquellas de la aristocracia local, al ser tomadas bajo tutela por algunos de los artistas de la época. Las lecciones estaban enfocadas especialmente en pintura, con temáticas religiosas, retrato y paisajismo. Entre algunas de las representantes femeninas de este momento están Elvira Vargas, Juana Scarpetta y las hijas del pintor José María Espinosa. Entrando al siglo XX el retratismo continuaba en auge, como manifestación de las élites del poder que se quería reflejar; arte y política iban de la mano. Para ese entonces las abanderadas del arte colombiano eran Inés Acevedo, pintora retratista, que fue nombrada en 1935 profesora de dibujo en la Universidad Pedagógica y en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Nacional. y Blanca Sinisterra, retratista, quien participó en el Primer Salón de Artistas en 1940. Lo haría también en 1952 y 1957. Cabe destacar que en este primer Salón de artistas, 16 “Plegaria Muda” mujeres hicieron parte de la muestra de 73 Doris Salcedo seleccionados. Pasado el primer trienio del siglo XX, surge un espíritu nacionalista que se había colado de las tendencias políticas en el exterior, y fijado en el espacio artístico. Débora Arango, transgresora de su época por pintar desnudos que le originaron la excomunión y el rechazo social, abordó temas sociales y políticos con gran crudeza; obreros, prostitutas, maternidades y monjas que reflejan sus ansiedades reprimidas, su marginalidad social, se ven en sus óleos y acuarelas. En este momento se consolida un nuevo arte ya dentro de lo moderno, cuya estética chocaba con la moral de la iglesia católica de la época. A finales de los años 50 el arte estuvo permea