Mi último suspiro.
Por: Juan Sebastían Cáceres
Hace tiempo, que sabes, que la luna
me observa en la noche, preguntándome:
¿Has sido capaz de ir hacia ella?
y yo en tristeza le digo: soy trasparente.
Sabes que cada vez que nos vemos,
soñamos despiertos
y tú, solo vives en mis sueños
porque solo existes ahora en mi mente.
Me enseñas a amarte
y me golpeas en tu deseo, sonriéndome,
yo te grito en mi tinta, preguntando:
¿Tú llegaras a estar en mi lecho?
Y como testigos de la noche más amarilla,
me regalas la velada, para sentirte más cerca,
pero en la mañana
ya no existes.
Déjame suspirar, aunque no sea el indicado
déjame que sea la gota que cambio tu tinta,
déjame que encuentre tu libro escrito
y que yo, al final escriba que estaré contigo.
Sonríeme, cuando veas lo imperfecto que el mundo es
y baila conmigo, bajo los espejos de Versalles,
mientras te canto al oído así despertar
Y darme cuenta que solo en letras, es real.
Pero aunque muera suspirándote,
te escribiré en hojas y en donde pueda,
que preferencia sean amarillos,
para que los sueños sean cumplidos.
Seré el que te ve todos los días, sonríe
y luego calla, pensando en tan lejos y cerca
que es tener la manzana al otro lado del vidrio,
mientras tú vives tu vida, leyendo otros libros.
Seré el que te escriba toda la vida,
Seré el que suspira cada segundo.
Seré el menos indicado,
pero seré el que te amara toda la vida.
Por: Juan Sebastían Cáceres