juzgarla sino a asimilarla. Y es precisamente, esta
asimilación lo que nos lleva a las entrañas de la
cinta: un hombre que sufre y ha sufrido bastante,
que las personas se han empeñado en destruir y
él solamente quiere hacerse notar entre los
demás. El espectador se sentirá entonces afinidad
al compadecerse del villano y no distanciamiento
o ira.
Comentemos otro aspecto. Es una historia que se
desarrolla en Ciudad Gótica, una ciudad figurada
cual New York en la década de los 80. Es a través
de inseguridad y problemáticas con la basura,
como aparecerá el maravilloso trabajo de Joaquin
Phoenix creando un personaje realista en un
ambiente realista, algo muy distante del cine
basado en comics.
En cuanto a la cuestión musical, es digno de
ovacionar, adaptando piezas a las escenas para
terminar de concentrar al público en la pantalla.
Oímos a Frank Sinatra a través de That’s life, My
funny valentine y en Send in the clowns.
En pocas palabras: Joker es una película
tremendamente genial que no merece nada más y
nada menos que reconocimientos. Una cinta bien
lograda, una historia cercana, peligrosamente
incitante a ¿desbordarse en la locura?
La próxima vez que se sientan mal, deberían
reconsiderar reírse, o es que ¿tendremos jokers
por todo el mundo? Más bien, ¡¡ya los hay!!...