Poco a poco se va integrando el fútbol
femenino y el respeto es cada vez mayor,
¿por qué eligió entrenar a un equipo
masculino?
No es que haya elegido entrenar a un equipo
masculino, he entrenado en todas las categorías
excepto infantiles, incluso llegué a entrenar hace
dos temporadas un año a un equipo de
Segunda Regional masculino. Con respecto al
femenino sólo he estado una temporada como
entrenadora, aunque lo conozco bien ya que
estuve jugando varios años”.
“Sinceramente no creo que sea tan diferente el
fútbol femenino del masculino, simplemente es
fútbol y se juega de la misma manera, quizás se
diferencia en algunas cualidades como la fuerza
o la velocidad, pero a la hora de entrenar pienso
que lo más importante, a parte de los
conocimientos, es saber manejar el vestuario
sea femenino o masculino”.
“El año pasado llegué al club porque el
coordinador ya me conocía de antes, habíamos
coincidido en otro club, además la directiva me
conocía porque había pasado por las categorías
inferiores y me propusieron entrenar al Juvenil
B”.
¿Qué es lo más complicado de dirigir a un
grupo Juvenil? ¿Cómo hace para ganarse la
confianza de una veintena de hombres que
están a su cargo deportivamente hablando?
“Es una edad difícil de llevar, lo más importante
es la credibilidad que tengas. Al principio te
miden constantemente, los conocimientos que
tienes, tu manera de entrenar, te ponen a
prueba en cada ejercicio que haces, etcétera…,
pero si les demuestras seguridad y confianza en
lo que trabajas día a día, y además eres capaz
de mostrar empatía, te vas ganando la
confianza del grupo”.
En un vestuario hay muchos secretos,
¿cómo es la relación de Ainhoa Meléndez en
ese santuario?
“La relación dentro del vestuario es como la de
cualquier otro equipo, simplemente hay
normalidad y buen ambiente”.
¿Qué le diría a una compañera que no se
atreve a dar el paso de dirigir a un equipo
masculino?
“En mi etapa de jugadora sólo tuve
entrenadores hombres, ¿por qué no podemos
entrenar nosotras al masculino? Creo que
simplemente es fútbol y que lo importante es
ganarse la confianza y el respeto del grupo”.
¿Cuáles son sus aspiraciones como
entrenadora? ¿Y cómo educadora?
Como entrenadora mi aspiración es aprender
día a día y seguir formándome para ello, me
gusta muchísimo este deporte y no me pongo
ninguna meta en particular sólo seguir
disfrutando desde del banquillo lo que ya no
puedo disfrutar como jugadora y poder transmitir
mi manera de entender y ver el fútbol. Como
maestra que soy, pienso que el fútbol puede y
debe enseñar educación, debemos educar
buenas
personas
para
hacer
grandes
futbolistas. Este deporte debe enseñar valores
como el
compañerismo, respeto, empatía,
disciplina, confianza, superación…”
“debemos
educar buenas
personas para
hacer grandes
futbolistas”