Fútbol en Marcha 15 octubre, 2013 | Page 27

Sin embargo, en bastantes ocasiones, cuando hablamos de deporte, lo que suele suceder es que los padres y madres, pese a su intención de ayudar y querer lo mejor para sus hijos/as, ejercen una influencia negativa hacia su práctica deportiva. Unos/as porque no están concienciados/as de su importancia y no refuerzan suficientemente a sus hijos/as para que practiquen alguna actividad deportiva. Otros/as, en número importante, porque su actitud no es la más adecuada para los/las futuros/as deportistas. Tanto es así que muchas veces son los padres y madres los que crean un ambiente de estrés que sus hijos/as no pueden soportar y se ven abocados al abandono deportivo como válvula de escape. Otras veces valoran más los éxitos de sus hijos/as que los esfuerzos y beneficios que van a conseguir a largo plazo. Por todo esto tenemos que tener siempre presente, que en el ámbito deportivo nuestro principal objetivo como padres y madres sigue siendo educar a nuestros hijos/as. Educar a los padres y a las madres Aunque las conductas negativas de los padres y madres nunca se eliminarán completamente del deporte infantil, se puede mejorar mucho educando a los padres y a las madres, mejorando los canales de comunicación que tienen con los entrenadores y niños/as. Deberían de programarse reuniones de orientación en el inicio de las temporadas, para informarles y discutir cuestiones, tales como las aptitudes del entrenador, las funciones de cada uno, el comportamiento de los padres y madres en las gradas, las reglas de buena conducta deportiva… A continuación mostramos un código de responsabilidades y otro de conducta parental que sería aconsejable que fuese administrado a los padres y madres por parte de los entrenadores al iniciarse las competiciones.