En algunos casos, los restos del organismo son completamente destruidos, generalmente por disolución, pero su forma permanece en la roca formando lo que se conoce como molde externo. Si el hueco que deja el organismo es ocupado por otros minerales, se forma un contramolde. Si los minerales rellenan una cavidad propia del organismo.
En ocasiones, el propio organismo o sus restos actúan como núcleo de precipitación de minerales. Alrededor del cuerpo se va formando una fina capa mineral y cuándo el cuerpo desaparece queda un molde externo que puede preservar pequeños detalles morfológicos si se produce poco después de la muerte. Este fenómeno se conoce como cementación.