FÁBULAS DE ESOPO
U
n asnito fanfarrón, que aún no había conocido el peso
de la carga, retozaba en el bosque husmeando la fresca
brisa de la mañana.
De pronto, apareció un enorme jabalí mostrando sus temibles
colmillos.
-¿A dónde te diriges pisoteando mis dominios?, le preguntó el
asno, socarronamente.
El jabalí, mortificado por esta pregunta asnal, estuvo a punto
de darle merecido castigo, pero reprimiendo sus impulsos, le
dijo:
- ! Sal de mi camino, miserable, y agradece que no tengo
deseos de manchar mis colmillos con tu sangre asquerosa!
Moraleja: “A palabras necias, oídos sordos”.
DISEÑADO POR ABIHAIL DANITZA ESCRIBA CHÁVEZ
Página 3