Fundació 17 Enero de 2021 | Page 76

LA VIÑETA

EL AFILADO FILO DE UNA NAVAJA

JOSEP GIRALT ILUSTRACIÓN : © LUISO GARCÍA

Mi nombre es Raed ,

nací en Alepo , Siria . Me escapé de la guerra y hace cinco años que estoy encerrado en un campo de refugiados , en el valle de Bekaa . Mi padre era médico y me enseñó a amar la poesía , las novelas históricas y disfrutar de las cenas al aire libre . Mi madre solía contarme historias de la familia en un patio interior , donde teníamos árboles frutales , parras de viñedos y una fuente en el centro con peces de colores que relucían por la noche . Compartíamos nuestra felicidad con una familia de ardillas y una avutarda que se escondía cada vez que venía alguien de visita . Lo único que aquí me recuerda a mi tierra , es el vuelo fugaz de algún halcón , y los lagartos que ocasionalmente aparecen en la tierra árida y seca del campamento . Se mueven a la misma velocidad que las bombas que destruyeron nuestra vida . Aquel paisaje de mi infancia me parece ahora un espejismo . Era un privilegiado y nunca lo supe . Para mis padres la educación y la disciplina eran importantes . Pero también sabían dar grandes dosis de amor . Era demasiado inocente para entender que aquello no podía durar siempre . Acabo de descubrir El Gatopardo , de Lampedusa , y he vuelto a leer poesía de mi país . Recuperar a los poetas sirios , ha sido como reivindicar a mis padres . La poesía puede transformar la vida cotidiana de la guerra y sacar un cierto valor universal . El papel del poeta no es el de maquillar a la muerte , sino el de decir la verdad . Ojalá la poesía fuera un elemento capaz de influir en el mundo . Practicar deporte y leer poesía me ha salvado . Perder a toda la familia , y sentir esta desprotección y soledad me ha hecho comprender que la geografía del mal no se limita a la guerra , sino