Hace seis años, Andrea decidió partir de Colombia para visitar a María Teresa, su tía. El viaje serviría, pensó, para trabajar un tiempo como voluntaria en el lugar y, así, adquirir una experiencia de vida. Allí Andrea conoció a Tomer Glass, un joven “sabra” hijo de uruguayos y nacido en Ein Hashlosha, con quien se casó.
El ambiente pastoral y tranquilo de este kibutz choca con los relatos de estas dos colombianas, que hablan con dolor de lo que se vive en el país que eligieron como su nuevo hogar.
“La verdad es que fue bastante difícil vivir este conflicto”, dice Andrea a EL TIEMPO al referirse a la más reciente escalada de violencia entre Israel y las facciones palestinas armadas, entre ellas Hamás. “Ya he estado en tres conflictos (en las operaciones Plomo Fundido y Pilar Defensivo), pero este (Margen Protector) rompió con todas mis fuerzas”, señaló.
Andrea explica que, aunque la intención es proteger el kibutz, la ubicación tan cercana de unidades del ejército agrava lo difícil del diario vivir, por el ruido constante de artillería.
Ella no tiene dudas de qué fue lo que más la asustó: “El asunto de los túneles nos dio mucho miedo... pensar que alguien puede salir de abajo de la tierra para atacar”.
Al preguntar cómo se lidia en lo personal con esta situación, su resumen es claro: “Aunque estamos bien físicamente, emocionalmente uno llega a un límite y se pierden todas las fuerzas”.
Su tía María Teresa destaca otro aspecto: “Yo sentí, más que todo, mucho pesar por las víctimas. Sé que Israel está protegido, que Dios lo guarda, que por eso tuvimos suerte y varios milagros cuando caían los cohetes y morteros... pero sentí mucha tristeza por las víctimas de allá y acá”.
Y en esta situación, la pregunta es si uno puede llegar a sentirse en casa en un país donde también hay peligro. “Yo considero a Israel mi hogar, en especial la zona en la que vivo, que es un paraíso cuando hay tranquilidad”, dice Andrea.
“Hay que estar de este lado, cerca de la Franja de Gaza, para sentir lo que se siente en ambos lados. De ambos lados hay sufrimiento y quedan secuelas psicológicas. Ambos lados sufrimos”, asegura.
Por su parte, Tomer cree que a pesar de que se sabe que hay un conflicto, aún cree en la posibilidad de paz. “Todos tienen que creer en la paz porque si no, no va a haber paz (...). Ahora va a ser muy difícil, pero hay que creer, siempre hay que creer”.
Dirección web:
http://www.eltiempo.com/mundo/medio-oriente/colombianas-que-vivieron-el-conflicto-en-la-franja-gaza/14545182
BREVE ANALISIS
Esta noticia mas haya de ser noticia o inclusive articulo, refleja como en una invasión o guerra que pretenda suprimir un pueblo con respecto a una superposición del otro, ambas la parte invasora también termina pagando sus consecuencias.
En el caso del conflicto Arabe-Israeli que siempre ha existido pues dada una equivoca distribución de la tierra posterior a la segunda guerra mundial. Sobre la franja de Gaza se ha vivido en continua confrontación, pero no solo ello sino que también el estado invasor a pagado las consecuencias de su radical interés por tener el control absoluto de esa parte de Asia oriental, pues como alternativa de defensa se han formado los grupos terroristas que también han estado atacando civiles Israelíes que no tienen que ver con el conflicto, es por ello que parte de su población viva en continuo pánica, pues nos nada reciente que los movimientos rebeldes islamista también han estado cavando túneles para dar un contraataque a Israel.
Sin embargo si se compara el precio en vidas humanas que ha pagado Israel y Palestina, este ultimo ha sido el que mas ha sufrido. Pues es Israel una potencia con suficiente arsenal para masacrar una población lo cual les hace ser responsables del conflicto que hoy en día existe.
Notemos también un conflicto en cualquier parte del mundo tiene repercusiones a nivel global, ya que en el contexto en el que se encuentran las sociedades contemporáneas, llamado globalización permite la existencia de diversidad de nacionalidades en cada territorio del mundo y es por ello que cualquier conflicto internacional no deja de ser indiferente a los problemas que enfrentan los países que territorialmente están ajenos a tal problemática, como el caso de las colombianas que habían un sector de Israel sobre el cual también existe el miedo.
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