La
Aristóteles
Ética
La ética de Aristóteles es la más indiscutible de todos; Aristóteles presupone la unidad del fin y del bien, no llegando a
considerar en ningún momento la posibilidad de un conflicto entre fines morales. Además, su teleologismo identifica
el fin al que algo tiende con el bien, ya que el bien de algo
es llevar a buen término el fin que tiene que cumplir, la realización de su esencia y de sus potencialidades. Este fin último o bien es "la felicidad" y por eso, se dice que la ética
aristotélica es eudemonista, porque considera que el fin
(bien) último que persigue el hombre es la felicidad. Teniendo en cuenta desde un principio sus conocimientos
centrados en la parte moral y política de una sociedad y humanidad..
La esencia del acto humano es, pues, que sea voluntario y libre, o dicho en una sola palabra, que sea libre,
pues si es libre es voluntario. En efecto, sólo las acciones que de alguna manera son libres, son propias y específicas del hombre como hombre. Son propias, porque por ser libres, el hombre es dueño de ellas, están
puestas con dominio, es decir, con libertad. Y son específicas, porque son características del hombre, no sólo
en cuanta substancia de la operación, sino también y
sobre todo, en cuanto al modo de obrar la operación,
que está puesta con libertad. La acción libre está puesta de un modo específico y característico del hombre,
el modo de libertad.