FIFA, la mafia incrustada en sus entrañas Suplemento especial FIFA | Page 22
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“Sobornos”, es una de las palabras claves que definen todo este entramado de
corrupción y para formarnos una idea, tomaremos el caso de Suráfrica, gobierno que pagó a
la FIFA la friolera de US$ 10 millones para lograr que le adjudican la sede del Mundial del
2010, donde los árbitros también fueron fuertemente remunerados (sobornados) para pitar
partidos previamente arreglados. Esos pésimos arbitrajes también los percibieron los
aficionados que seguían los juegos por la televisión internacional o de manera presencial en
los estadios.
La renuncia de Blatter presenta dos semblantes. Por un lado, con su decisión ha
evitado que en los próximos meses la tormenta crezca en torno al ente internacional, porque
federaciones y países individuales, en los casos de Inglaterra y los Estados Unidos, estaban
dispuestos a hacer caer al suizo de su puesto e investigarlo después hasta llevarlo a la
cárcel; y en segundo término, procurar que el FBI no siga con sus intenciones de indagar a
la FIFA y desmantelar la red de la mafia que ahí opera. Sin embargo, el juego ajedrecístico
que está practicando Joseph Blatter consiste en que no dejará el cargo hasta que se efectúe
el siguiente Congreso del que saldrá su sucesor y eso será hasta noviembre de este año 2015
o en enero del 2016. Ese lapso de tiempo le permitirá evadir a la justicia, hacer desaparecer
documentación que podría implicarle y “blindarse” ante posibles intervenciones de la
fiscalía de New York.
La noticia ha sido agradable en lo que estriba a su alejamiento de la FIFA; pero ha
dejado al ente rector del futbol mundial profundamente herido, evidentemente manchado
por la corrupción llevada a cabo y por convertirla en una verdadera “familia” según el
modus operandi de la mafia italiana. De hecho, Blatter siempre ha dicho que se trata de una
“familia” y no sabemos si lo decía en el sentido agradable del concepto o desde el punto de
vista de la actividad mafiosa. Ciertamente lo que ha hecho Blatter a lo largo de todos estos
años al frente de futbol mundial, ha sido histórico, su nombre tendrá que recordarse cada
vez que se estudie la existencia y el devenir de esa organización y el período delincuencial
en el que lo sumió.
Pero también ha llegado el momento de realizar dos acciones: investigar
profundamente al suizo, sus cuentas multimillonarias en el paraíso fiscal que es Suiza,
detenerlo, extraditarlo hacia los Estados Unidos y encontrarlo culpable… es decir, el
culpable que convincentemente es. Luego, a sabiendas de que la FIFA ha llegado a su
punto de inflexión en el que no podrá volver hacia atrás, aprovechar y nombrar a un
hombre honesto que es lo que en estos momentos cruciales necesita el futbol del planeta
entero. Veremos asímismo, si ese punto del no retorno sirve también para Vladimir Putin,
el presidente de Rusia, quien deberá estar preocupado porque le vayan a quitar la sede del
próximo Mundial a su país, algo con lo que estaríamos en desacuerdo, porque los rusos
merecen organizar su primera Copa del Mundo por derecho propio. Qatar es un poco más
viable para que le sea arrebatada esa sede del certamen, más aún si tomamos en cuenta que
ya han muerto casi 700 trabajadores emigrados en la construcción de los estadios, y a
quienes les quitaron los pasaportes no más llegando al Emirato para emplearlos en
condición de esclavos y no puedan escapar.