16 | berberana | febrero de 2020
PE RTS O NA LA
Dos Ángel de Lera, padre e hijo, médico rural y
escritor, a su manera dos heroicos personajes
El padre fue médico en Lanciego, donde falleció en plena epidemia de gripe. El hijo, escritor
premiado con el Planeta, siguió relacionado con Laguardia toda su vida
Juantxu Martínez
Lo suelo repetir a menudo, tenemos
la suerte de tener un montón de co-
rresponsales en Rioja Alavesa que
se encargan de levantarnos noticias
y temas curiosos. Este es el caso
en el que un hijo de Lanciego, Ja-
vier Montoya, nos trajo la conexión
Lanciego-Laguardia con la familia
“De Lera”. Javier nos mandó un es-
crito, que se puede leer en nuestro
blog, y nosotros le ofrecimos contar
el contenido en Radio Rioja Alavesa.
Javier que firma como Satur Monto-
ya, “en recuerdo de mi padre y sobre
todo porque en Lanciego los mayo-
res me llaman Satur”, nos explicó
este jubilado profesor de lengua y
literatura.
Al final del texto dejamos dos
enlaces, el del blog y el de la en-
trevista en nuestra emisora. Aquí
en estas líneas apenas damos unos
retazos de la larga conversación. Por
orden cronólogico hablaremos del
padre, Ángel Julio de Lera Buesa,
médico rural que tras varios desti-
nos llegó a Lanciego. Ese destino,
seguro, que lo buscó para acercarse
a la familia, puesto que su padre fue
el afamado farmacéutico de Laguar-
dia Hermenegildo de Lera. También
cabe destacar a otra hija del botica-
rio, María de Lera, maestra en La-
guardia y que de forma reciente la
Sociedad de Amigos de Laguardia
ha dedicado una exposición sobre
su trabajo docente en la villa amu-
rallada.
Según Javier Montoya “el médi-
co con su familia vivía en casa de la
Paterna, una famosa vecina de Lan-
ciego”. El fallecimiento del galeno
en 1927 fue “como consecuencia de
su extrema dedicación a los enfer-
mos que trataba en Lanciego”, nos
recordaba en la conversación radio-
fónica Javier Montoya. La situación
de desamparo ecónomico en la que
quedó la familia del médico obligó
a movimientos importantes dentro
del seno familiar.
El futuro escritor, Ángel María
de Lera García, estudiaba en el Se-
minario de Vitoria cuando falleció
Ángel Julio de
Lera Buesa vivía
con su familia
en casa de la
Paterna, una
famosa vecina
de Lanciego. El
fallecimiento
del galeno en
1927 fue “como
consecuencia
de su extrema
dedicación a
los enfermos
que trataba en
Lanciego”.
Ángel María
de Lera fue
detenido el
27 de abril de
1939 y cuatro
días más tarde
sentenciado a
muerte. Tras
varios episodios
en los que roza
el paredón es
excarcelado
en 1947. Fue
un escritor
reconocido,
incluso varias
de sus nóvelas
terminaron en
la gran pantalla.
Obtuvo un
Premio Planeta
en 1967
con la obra
‘Las últimas
banderas’.
su padre. Al seminario había llega-
do claramente influenciado por su
abuelo paterno, al que definía así,
“su barba blanca, su carácter auste-
ro, sus negras vestimentas y su voz
pausada y grave. Hombre anclado
en el siglo XVII, anacrónico y bien-
intencionado”. Estos datos y otros
muchos sobre esta familia aparecen
en la biografía sobre el escritor rea-
lizada por Ramón Hernández.
Ángel María de Lera dejó el se-
minario en 1930 cuando a su madre
le conceden la regencia de una ad-
ministración de lotería en La Línea
de la Concepción debido “a su si-
tuación de viuda de un médico que
había muerto en el cumplimiento
modélico de su tarea de cuidar a
los enfermos de manera entrega-
da”. Ese cambio de residencia trae
otras variaciones en la vida de Ángel
María. Se acerca a las ideas anarco-
sindicalistas y comienza a estudiar
Derecho.
Al iniciarse la Guerra Civil pasa
a zona republicana. Cuando Ma-
drid iba a caer en manos del ejército
franquista decide quedarse, “él no
había pegado ni un tiro”. A pesar
de ello es detenido el 27 de abril de
1939 y cuatro días más tarde sen-
tenciado a muerte. Tras varios epi-
sodios en los que roza el paredón
es excarcelado en 1947. Comienza
un peregrinaje de trabajos diversos,
hasta que termina escribiendo.
Fue un escritor reconocido, in-
cluso varias de sus novelas termina-
ron en la gran pantalla. Obtuvo un
Premio Planeta en 1967 con la obra
Las últimas banderas. Para entonces
ya había publicado, entre otras, Los
clarines del miedo, La boda, Los olvi-
dados, Hemos perdido el Sol y Tierra
para morir. Leyendo estas novelas
uno tiene la sensación de que se la
coló de forma rotunda a la censura,
“escritores que se encontraban en el
exilio se sorprendían de esto”, nos
recordó Javier Montoya. También es
cierto que no publicó Los que perdi-
mos hasta 1974, una novela que ha-
bía iniciado en 1969.
A nuestro invitado le consta que
Ángel María de Lera estuvo en Lan-
ciego en verano de 1968 y que otros
los pasó en Laguardia. Lo conoció
en Barcelona en una firma de libros,
“yo era estudiante y compré uno en
formato barato. Al comentarle que
era de Lanciego se puso muy con-
tento y me habló de algunos de sus
recuerdos”. Lo comentado, para co-
nocer más de estos dos “Ángel de
Lera”, aquí están los enlaces. Dar las
gracias a Javier Montoya por levan-
tarnos este asunto.
http://arabakoerrioxa.eus/es/radio/
podcast/otros/2185-conociendo-a-
la-familia-lera-10-01-2020
http://arabakoerrioxa.eus/es/ber-
berana/noticias-berberana/2224-
familia-de-lera-por-javier-mon-
toya-satur-montoya