Fe en acción 2017 10/12/2017 | Page 3

3 LA FE Y LA JUSTICIA SIGUE LA DIRECCIÓN DE DIOS Y COSECHARÁS BENDICIONES bispomacedo.com/es V ivir en la Fe es vivir en la justicia. No hay forma de tener fe en la Verdad y andar en la Mentira. No hay forma de creer en la Palabra de Dios y hacer lo que al diablo le gusta. A no ser que esa fe sea religiosa, emotiva o sensacionalista. “Y hubo hambre en la tierra, además del hambre anterior que había ocurrido durante los días de Abraham. Y se fue Isaac a Gerar, a Abimelec, rey de los filisteos. Y se le apareció el Señor, y dijo: No desciendas a Egipto; quédate en la tierra que yo te diré.” (Génesis 26:1-2) entre nosotros, entre tú y nosotros, y hagamos un pacto contigo, de que no nos harás ningún mal, así como nosotros no te hemos tocado y sólo te hemos hecho bien, y te hemos despedido en paz. Tú eres ahora el bendito del Señor.” A muchas personas les resulta fácil permanecer fiel en los buenos momentos, pero cuando se levanta la crisis, tratan de hacer las cosas a su manera. Dependen del gobierno, de otras personas, o de ellos mismos y rápidamente se olvidan de su compromiso con Dios y Sus promesas para con ellos. Isaac obedeció la voz de Dios y consiguió prosperar y hacer la diferencia en una tierra que se consideraba infructuosa. De hecho, no solo prosperó; fue un beneficio significativo. Pero cuando la fe está apoyada en la Palabra de la Sabiduría de Dios y practicada de forma inteligente, entonces es imposible que falle. Tú también puedes beneficiarte de dichas bendiciones si pones a Dios en primer lugar. Al dar tu primer 10% como diezmo, le estás demostrando a Dios que lo obedeces en todas las situaciones, sean buenas o malas, tú también puedes esperar lo in esperado. El Señor Jesucristo es el Autor y Consumador de la Fe Inteligente, o sea, Él es Quien inicia y Quien concluye la Fe. A causa de eso, la fe y la justicia son inseparables, caminan juntas. La fe tipificando al ser humano con la imagen de Dios, y la Justicia, al Dios Santo de los Santos. De la misma manera, Isaac – el hijo de la promesa – se vio a sí mismo en un gran aprieto. Hubo una gran crisis, una hambruna para ser exacto, y lo más lógico para Isaac era salir de aquella tierra y residir en un país donde existieran oportunidades y, por aquel tiempo, ese país era Egipto. Sin embargo, lo que Dios le estaba pidiendo a Isaac, para los ojos humanos, parecía una locura y algo irracional, pero es en estos momentos dificultosos de la vida donde demostramos si realmente creemos o no. Es en estos momentos que tenemos que depender de Dios más todavía. Quizás, como Isaac, estás pasando por un mal momento, donde la luz al final del túnel parece no existir. Pues bien, aquí tienes buenas noticias - ¡la historia de Isaac no acabó ahí! Y la tuya tampoco si haces lo que él hizo. Y ellos respondieron: Vemos claramente que el Señor ha estado contigo, así es que dijimos: “Haya ahora un juramento (Génesis 26:28-29) “¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me estáis robando. Pero decís: “¿En qué te hemos robado?” En los diezmos y en las ofrendas. Con maldición estáis malditos, porque vosotros, la nación entera, me estáis robando. Traed todo el diezmo al alfolí, para que haya alimento en mi casa; y ponedme ahora a prueba en esto — dice el Señor de los ejércitos— si no os abriré las ventanas del cielo, y derramaré para vosotros bendición hasta que sobreabunde.” (Malaquías 3:8-10) Tus nombres, como fieles diezmistas serán llevados a Gerar, donde Isaac cosechó en abundancia, y estaremos presentando las vidas de aquellos que son fieles. ¡Así como Isaac permaneció fiel a Dios y prosperó, que lo mismo acontezca en la vida de los diezmistas! Y es exactamente eso lo que el SEÑOR enseña cuando dice: “más el justo por su fe vivirá.” (Habacuc 2:4) “Mas mi justo vivirá por la fe; y si retrocede, mi alma no se complacerá en el.” (Hebreos 10:38) Eso muestra el casamiento eterno de la fe con la justicia. La fe justifica al pecador. Vivir por la fe es vivir por lo que es justo, íntegro, correcto, loable y agradable delante del Santísimo Dios Justo. Dios es Justicia y nos ha prestado la Fe justamente para que nosotros vivamos una vida justa y en comunión con Él. O sea, de fe en fe o de justicia en justicia. Ese tipo de fe es la que agrada a Dios.