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EGIPTO
día dos
acampada en el
desierto blanco
Al día siguiente, partimos hacia el Desierto Blanco cruzando el desierto negro. Por el camino hicimos un par de paradas en el valle de Haiz (donde
antiguamente se producía vino) y en la Montaña
de Cristal, un arco de roca natural con paredes de
cristal, como su nombre indica. Al atardecer llegamos por fin a nuestro destino. El paisaje del Desierto
Blanco es increíble, parece que estés en la luna o
en otro planeta. Montamos nuestras tiendas y nuestros guías prepararon una cena deliciosa (la mejor
sopa de lentejas que he comido jamás) con música y baile. A la hora de irnos a dormir tuvimos que
guardar todo dentro de la tienda, porque los zorros
que merodean el campamento se pueden llevar
tus zapatos en mitad de la noche.
número tres
8