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far away mag
día siete
abu simbel
y la presa de aswan
Para ir a Abu Simbel, el madrugón es espectacular (si no recuerdo mal, estaba en pie a las tres de
la madrugada), ya que hay que ir todos los coches
juntos y solamente hay un par de salidas al día.
Tampoco es muy grave ya que puedes dormir durante las tres horas que dura el viaje con vistas a un
desierto plano que no cambia nunca. Pero a pesar
de todo, la visita merece la pena. Los templos son
preciosos, y la obra de ingeniaría que tuvieron que
hacer cuando se construyó la presa para trasladarlos a un lugar seguro, también es increíble. Eso sí,
el calor es tremendo, y eso que estás allí a primera
hora de la mañana y te vas antes del mediodía. Yo
fui en el mes de abril, y no quiero imaginarme cómo
es aquello en pleno verano.
Por la tarde visitamos el mercado de Aswan, donde
se pueden ver sus puestos de comida y especias, y
alguna tienda de artesanía. Ya a última hora cogimos el tren nocturno de vuelta a El Cairo, con camarotes comodísimos para dos personas.
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