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El corazón que late en el Vive Latino
Hace 20 años el rock en México experimentaba uno de sus grandes momentos, las compañías de discos trataban de reinventarse, las bandas nuevas tenían ya una gran escuela, se intentaba abrir más foros para conciertos, había por fin tantas revistas de rock como fanzines, existía una
estación de radio estatal difundiendo rock.
Cuando el Vive Latino llegó al Foro Sol, ya habían pasado muchos años de historia de rock en nuestro país. Dejando a un lado todos esos lapsos brillantes de decenios pasados, los 90 fueron la consecuencia de las evoluciones mostradas sobre todo en los años 80.
A mediados de los 90 se vivió mucho y de prisa: en el 94 se da a conocer el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), Cecilia Toussaint muestra ya su grandeza y versatilidad con cuatro álbumes en su pecho, Café Tacvba edita Re y Caifanes saca lo que es aún su álbum en estudio más reciente, al siguiente año la banda para y en el 96 se ponen dos de sus músicos la piel de jaguar. En ese 96 Héroes del Silencio dice adiós y en el 97 se separa Soda Stereo.
Ya Santa Sabina, Cuca, La Lupita, Tijuana No y muchas bandas más son las que rifan en los conciertos. Se unen generaciones y se dan de forma sorpresiva los grandes festivales autónomos, realizados por estudiantes universitarios y grupos de rock. La mayoría de ellos se hacen en Ciudad Universitaria para apoyar a las comunidades indígenas de Chiapas. Algo semejante ocurrió con los Razteca, en sus inicios, en el 93 y 94, la tercera edición ya fue en el 98 y todavía resistió otras ediciones más.
En el 98 Maldita Vecindad editó su quinto álbum, Mostros, el sexto saldría once años después. En el 98 empezó a darse a conocer con un demo el Panteón Rococó. Molotov y Control Machete marcan el rumbo…
Todo esto fue el palpitar del que se alimentó el Vive Latino, para que el 28 y 29 de noviembre de 1998 se realizará la primera edición de este festival, que aún conserva ese espíritu con el que se formó, ser un escenario en el que caben tantas expresiones como las que el público desea escuchar. Aún late ese corazón, como el de un joven de 20 años que quiere devorarse al
mundo. Celebremos eso, pues.
EN LOS OJOS DE:
CHAVA ROCK
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