Editorial
El mundo entero ha cambiado en 20 años, y el entorno musical en América Latina no es la excepción.
El crecimiento, masificación e interés comercial en lo que en su momento se englobó bajo el concepto "rock en español" es evidente. Es indudable que el Vive Latino ha sido parte de esto, además de fungir como medidor y catalizador de ese crecimiento.
Hoy, el concepto de festival no sólo es sumamente común sino -incluso- necesario para satisfacer las necesidades de una región.
Este cambio se ha visto reflejado en el propio Vive Latino, y no se refiere únicamente a temas de logística, adecuación de la comunicación, aparición de escenarios especializados y cobertura de sonidos de todo el mundo con la inclusión de bandas de todo el planeta. La evolución del concepto ha llevado a que el Vive Latino ya no sea sólo de la CDMX y sus habitantes: hoy día es un espacio de unión, de coincidencia, de respeto, de encuentro (tanto del lado del público como de los músicos, medios y gente alrededor de la escena cultural de toda la región); no sólo es el examen final anual para una banda, sino también el pretexto perfecto para el fortalecimiento de las redes que nos identifican, que nos hacen ser una de las regiones del planeta con mayor crecimiento y futuro en temas culturales.
Se cumplen 20 años desde aquel 1998. El mundo ha cambiado, nuestro país también. El público confía en que verá a sus bandas favoritas, pero sabe que también se llevará no sólo sonidos nuevos, sino amigos y la semilla para seguir haciendo crecer nuestro entorno.
En dicho marco, las entregas de este fanzine servirán para contar esas historias; ahondarán en todo lo que el Vive Latino ofrece y, sobre todo, en lo que aporta cada uno de quienes lo hacen posible.
"Muchas gracias a los que repiten y bienvenidos los que nos acompañan por primera vez en él Vive, esperamos que para ambos sea una experiencia inolvidable".
– Jordi Puig, fundador Festival Vive Latino.-