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Las grandes capitales del mundo tienen más ciclovías que rutas. Las dos ruedas han sido adoptadas no solo como el medio de transporte más saludable sino también el más amigable para conocer cabalmente una ciudad, disfrutar de su paisaje y trasladarse de un lado al otro. Eso se traduce en estilos de vida diferentes, y muchos uruguayos lo experimentan cuando viajan. De hecho se montan a bicicletas y disfrutan de recorrer con ellas las urbes como una experiencia turística única, sin poder lograr trasladar esa vivencia al día a día una vez que retornan. ¿ Miedo al tránsito o falta de costumbre? La respuesta no es clara, y la realidad muestra un combo de ambas. Montevideo no cuenta con ciclovías seguras para andar y sus habitantes están por demás acostumbrados a la comodidad de los motores.
Al respecto, Gustavo Izús, miembro de la organización pro-bici Ciclovida señala en base a un estudio de la Intendencia de Montevideo de 2009 que, en promedio, los montevideanos recorren unos 5 o 6 kilómetros al día en sus trayectos. Para Gustavo esa es la distancia“ ideal” para hacer en bici, porque implica recorridos de solo 15, 20 o 30 minutos y a eso se suma lo amigable que es la ciudad para la actividad.“ Montevideo podría convertirse en la Ámsterdam de Latinoamérica con educación e infraestructura. Es una ciudad llana, con algún que otro repecho que a la vuelta se convierte en bajada. No hay temperaturas extremas y el clima es súper benigno”, explica contrastando, a modo de ejemplo, con Copenhague, Dinamarca, donde el 36 % de la población es ciclista y convive con el hielo la mayor parte del año.
Según Izús, la bici es una de las pocas cosas que no presenta contraindicaciones y ese es el espíritu que se busca trasmitir desde Ciclovida,
22 que surge hace dos años con el fin de reflexionar en torno a la bici y la necesidad de tener un espacio donde andar con responsabilidad y seguridad.“ Nosotros lo que hacemos es poner la bici en agenda, que se visualice”, cuenta, y explica que para eso dan talleres en escuelas, organizan festivales, recaban información útil para quien quiera volcarse al ciclismo y además se vinculan con la Intendencia capitalina para reclamar espacios y a la vez proponer.
En esa línea, a principio de marzo presentaron – junto a Gente en Bicicleta – 10.300 firmas a las autoridades municipales, para solicitar ciclovías en todo Montevideo, estacionamientos y campañas de educación para ciclistas y el resto de los actores del tránsito. Izús explicó que la idea central es que la ciudad sea para la gente y no para los autos o los ómnibus.“ Relevamos lo que está hecho y pedimos que lo que se haga, se haga bien”, agregó.
Lo cierto es que en todo Montevideo hay solo ocho kilómetros de ciclovías y están sin mantenimiento. Además, una de las más importantes está en la rambla en Pocitos y se ve ligada al ocio y a la recreación, no al traslado efectivo. En ese sentido, Izús plantea como un“ ciclosueño” la creación de una red que vaya del Puerto hasta El Pinar, por la rambla. Para él no es algo utópico, pero al parecer no se tiene en cuenta a la hora de planificar. Al respecto, plantea como ejemplo la repavimentación y el ensanche que se está realizando en la rambla de la Ciudad de la Costa. Según cuenta, por la noche se pueden ver decenas de personas andando en bicicleta o corriendo por la acera, pero a la hora de proyectar la obra no se tuvieron en cuenta las ciclovías.“ Nosotros, con nuestro accionar, tratamos de que cuando se hacen cosas nuevas se contemple”, añadió, al tiempo que recalcó que las bicisendas“ aún se tienen en cuenta”.
Propuestas
Que Montevideo está colmado de parques no es novedad, y que sus alrededores no se explotan ni se utilizan de la mejor manera tampoco. Por ello, la organización propondrá específicamente a la Intendencia la instalación de ciclovías en Parque Batlle y Parque Rodó, dos lugares donde no se intervendría en el tránsito y por ello son bueno puntos de partida.“ En Parque Batlle, la idea es generar un circuito de bicis que integre el Estadio, el parque y el Velódromo. Ahí están todas las instituciones de salud y qué mejor ejemplo que colocar allí un espacio para andar en bici con seguridad”, relata Izús, al tiempo que detalla que la idea para el Parque Rodó es distinta y tiene que ver con un plan piloto de alquiler de bicicletas que la Intendencia busca aplicar en Ciudad Vieja, un sitio“ un poco extraño” según Ciclovida. Para la organización, dicha iniciativa estaría dedicada solo a turistas y además contaría con numerosos peligros vinculados al tránsito y también a la experiencia de quienes llegan.“ Si viene un europeo acostumbrado a la bici alquila una, agarra 18 y lo pisa un auto”, ejemplifica Izús. Por ello la idea a plantear es conectar alguna ciclovía de Parque Rodó con Ciudad Vieja. Según explicó, hay espacio en la vereda de la rambla porque tiene 6 metros de ancho, o de lo contrario, se puede usar la vereda norte y generar un trayecto lineal para ir y volver con seguridad.