VIDAMÉDICA / FalmedEduca
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Se debe proveer un
ambiente de respeto e intimidad
para comunicar la mala noticia.
Exponer las causas probables y la
necesidad de tomar exámenes para
lograr una explicación, también
para futuras gestaciones
Dr. José Andrés Poblete
Vicepresidente SOCHOG
Por eso es tan importante saber qué es lo que uno tiene que
decir y que sea con un equipo capacitado para ello”, concluye.
En Chile, la Fundación Amparos acompaña a parejas que atra-
viesan este duelo. Tras oír lo que viven las mujeres, decidieron
hacer cursos de sensibilización para los equipos sanitarios. “La
experiencia de muerte de tu hijo es inseparable de la expe-
riencia médica. Cada vez que vas a viajar en tus recuerdos al
momento del nacimiento de tu hijo, si hubo una mala experien-
cia es un momento biógrafo de una intromisión inadecuada.
Las matronas dicen que las forman para tratar a un mortina-
to. Pero para nosotros es un hijo. Y esa diferencia la madre la
nota”, dice Blanca Prat, una de sus fundadoras.
En sus cursos muestran videos con testimonios de pacientes,
un momento donde han observado que los médicos reparan
en que sus palabras y decisiones afectan el duelo de la mujer.
Hoy, la Fundación Amparos trabaja en el reconocimiento de un
protocolo de atención que guíe los partos y duelos peri y neo-
natales, con el convencimiento de que también ayudará a los
equipos que trabajan dando estas malas noticias, evitando el
desgaste, el estrés y finalmente el burnout al que se exponen.
La buena noticia es que ese protocolo no está tan lejos de
concretarse. Así lo adelanta el Dr. Jorge Neira, director del
Programa aCompañar-es, de UC-Christus, que apoya a pa-
dres que esperan hijos con malformaciones congénitas letales;
y que hoy lidera el Programa Mujer, de la Subsecretaría de
Salud Pública del Minsal.
“Es necesario una guía y es una tarea de las que tenemos
acá desde el Ministerio. Este año queremos ampliar este tra-
bajo en el acompañamiento para que quede normado como
un instrumento de trabajo que baje las orientaciones de los
protocolos médicos a la acción. Es una promesa. Este (proto-
colo) debe contener profesionales involucrados, las líneas de
las habilidades que deben formarse y todas las recomenda-
ciones para un adecuado enfrentamiento médico holístico”,
puntualiza el Dr. Neira.
La elaboración de estos protocolos está en desarrollo. Sin em-
bargo, su institucionalización requiere aumentar la formación
de equipos multidisciplinarios. Todo ello irá en beneficio de las
mujeres, sus familias y los profesionales de la salud en una si-
tuación de alta complejidad.
BUENAS PRÁCTICAS
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Contar con una política por escrito conocida por todo el personal rela-
cionado con la atención.
Facilitar que la mujer pueda estar acompañada por una persona de su
confianza durante todo el proceso.
Procurar un ambiente íntimo y tranquilo. Idealmente contar con un
box individual, señalizado por fuera con una tarjeta que simboliza la
pérdida.
El ginecólogo informa de forma comprensible y empática sobre la
muerte fetal, cuidando la terminología, evitando frases como “deben
ser fuertes”; “por algo pasan las cosas”; “fue lo mejor”; “ya tendrán
otros hijos”.
Entregar tiempo adecuado sin interrupciones para los padres, dando espacio
para las reacciones emocionales y evitando apurar la toma de decisiones.
Dejar espacio para que formulen sus preguntas y expresen sus preo-
cupaciones y necesidades.
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Explicar a la mujer y su pareja sus opciones en distintos momentos del
parto y hacerles partícipes en la toma de decisiones.
Tantear mediante conversaciones abiertas la manera que quieren los
padres de recibir y despedir a su bebé así como de ponerle un nombre.
Ofrecer sin presionar la posibilidad de verlo y abrazarlo, generar algún
recuerdo (fotografía, estampar el pie o mano, pelo del bebé) y pasar
tiempo con él, respetando siempre la decisión que tomen y entregando
la oportunidad para cambiar de opinión.
Presentar al recién nacido con naturalidad y respeto.
No dejar para el final el consentimiento para estudios y eventual
autopsia.
Facilitar, si la pareja lo desea, algún ritual que tenga en cuenta sus
necesidades culturales/espirituales.
Si así lo requieren, asignar una habitación de despedida donde los pa-
dres se puedan reunir con su familia para conocer y despedir al bebé.
(Resumen libre de recomendaciones de los autores Pastor Montero y otros, y la Guía de la Fundación Umamanita).