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820
Pues es común aquello desde donde la opinión comienza
Y a donde vuelve o cae cuando pierde el báculo del nombre
Tras errar con ojos ciegos como la luna
¿Fue un sueño…?
Las nubes remoloneaban en las cumbres a la espera
825
De que el sol las levantase
Llevándolas consigo hacia un cielo azul e implacable
Se adivinaba el mar en la piel de quienes preparaban su jornada
Y el olor era cruel como la juventud pasada
Entre dos ríos
830
Sobre las grandes piedras decoradas con líneas quebradas y rojas
Bajo las ramas de un tejo (cuyas bayas son tóxicas)
Una muchacha cantaba la historia de su pueblo ¡otro comienzo!
Peñas arriba: el paisaje del óxido
Tronaba la voz despierta
835
¿Qué nueva corriente alentó a la destructora dialéctica?
La misma que halló fijeza en lo uno que enmudece
Divisoria del largo bostezo que acoge a las huertas
Ésta es la tierra de la colonia y éste es su mar
Hela aquí en mitad de la marisma irguiéndose orgullosa
840
Otra nueva ciudad
Son doradas sus columnas y sin adorno crecen
Pero en los corros del encuentro todos señalan con el dedo
Tú
Se dicen unos a otros