EZKIOGA A.M. Artola, CP | Page 41

circunstancias adversas de la Diócesis, y los métodos agresivos de los republicanos en materia religiosa, prefirió no intervenir para nada en los acontecimientos. Pero muy pronto se vio obligado a actuar con toda su autoridad. En efecto, empezó a crecer el interés por las apariciones, y la neutralidad era cada vez más difícil. Desde que el día 7 de julio los diarios habían difundido, por primera vez la noticia de los misteriosos sucesos de Ezkioga, el interés del público se disparó. Lo convulsivo de los sucesos al tiempo del Gobierno Provisional pedía un signo que diera sentido a cuanto acontecía. Como ya se ha dicho, el tema de Ezkioga llegó hasta las Cortes Constituyentes. Las gentes de las más lejanas regiones de España y del extranjero aprovechando quizá la oportunidad del tiempo de las vacaciones estivas, vinieron como una multitud de personas deseosas de un encuentro con la realidad de los hechos, y acudieron al pueblecito guipuzcoano, en grupos cada vez más nutridos. Al final del mes la cadena de sucesos que divulgaban los periódicos, atraía una avalancha humana cada vez más incontenible. Esta situación tan extraña no podía menos de preocupar al Vicario General. Es cierto que, estando el Obispo alejado de la Diócesis por decreto del Gobierno, la libertad de movimientos del Vicario era limitada. Por eso prefirió esperar. Pero los acontecimientos se precipitaban y se buscaba un momento oportuno para transmitir algún mensaje al pueblo. No se quería en modo alguno favorecer la precipitación ni actuar imprudentemente. Por eso la actitud de la autoridad eclesiástica consistía en no procurar a las apariciones ningún tipo de cobertura oficial. Tampoco hubo información alguna al Nuncio. Ningún acto eclesiástico que pareciera despertar la atención sobre los desconcertantes sucesos. El interés del Vicario General parecía concentrado en dar tiempo al tiempo, y no procurar ningún motivo de queja al Gobierno por unas actuaciones del magisterio diocesano favorables a las apariciones. Le interesaba no empeorar la situación de excepción en que se encontraba la diócesis, privada de su Obispo. Se interesó vivamente por las apariciones de Ezkioga, haciéndose presente en el lugar; pero, fuera de eso, la 43