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EXTRANJERISMOS
¿deterioro o enriquecimiento del idioma?
En primera instancia, los extranjerismos son palabras o expresiones lingüísticas que un determinado idioma toma de otra lengua extranjera. Nada mal hasta ahí. Pero, ¿qué sucede cuando, por ejemplo, un lenguaje empieza a usurpar la riqueza léxica de otro?
Valdría la pena preguntarse por qué decimos inbox para referirnos a la bandeja de entrada del correo electrónico, o streaming para hablar de un programa en directo, o cool cuando queremos decir que algo es bonito, si todos aquellos términos -como es evidente- tienen una palabra equivalente en nuestro idioma, el español.
Quino, creador de Mafalda, nos confronta con este fenómeno en una de sus tiras, pues presenta a la pequeña niña leyendo un libro que dice: “Emma se asoma. Ve la mesa de la sala”. Acto seguido, Mafalda le pregunta a su madre qué pieza viene a ser la sala, a lo que ella le responde: “el living”. Para finalizar, en el último recuadro, observamos a la protagonista diciendo enojada: “¿por qué demonios no escribirán estos libros en castellano?”.
Ahora bien, es en este punto en el que nos encontramos en una gran encrucijada, pues es importante precisar que el español se halla en una realidad dinámica. Es propio del idioma la transformación y el cambio, porque es una lengua viva que evoluciona. Por ejemplo, hay palabras que han quedado en el cajón del olvido, como: abadengo, alcabala y celemín, y que, por ende, han sido reemplazadas por otras.
Sin embargo, hay una diferencia entre los procesos orgánicos del lenguaje -como se evidenció con antelación- y las transformaciones que se dan como resultado de la instalación de algunas palabras de otro idioma en el español. En este sentido, es importante preguntarse, ¿cómo delimitar la delgada línea entre la invasión y el enriquecimiento?
Finalmente, es imprescindible tomar conciencia frente al hecho de que los extranjerismos parecen ir más allá del proceso natural de transferencia de palabras entre distintos idiomas, pues, hoy por hoy, están desplazando términos del castellano. Es decir, si seguimos transitando por el mismo camino, sin reflexionar sobre la riqueza que posee el español y la importancia de preservarla, no será extraño observar en unos años a un obrero, ama de casa o incluso a un profesional leyendo o comunicándose con un diccionario de inglés u otro idioma al lado para poder comprender.