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TRATADOS
"ESTE RELATO ES REAL".
Esta es la historia de un hombre que vivía en Missouri y que operaba un puente elevadizo. Cierto día él llevo a sus niños al trabajo, un niño y una niña. Les estaba enseñando cómo se operaba el puente.
Repentinamente recibió una llamada en su radio para que suba a la torre de control porque un tren estaba llegando diez minutos antes de lo previsto, entonces, puso a sus niños en una baranda y les ordenó que no se muevan mientras él subía a la torre.
Él vio que el tren se aproximaba y se prepara para bajar el puente. Después regreso a ver a sus hijos y se dio cuenta que su hijo se había subido a la baranda y se había trepado fuera de ella, iba a caer en el sitio de la maquina pesada. Este hombre llego a estar en medio de un gran dilema, porque si trataba de salvar a su hijo, el tren se estrellaría y mataría a cientos de personas, entonces decidió jalar la palanca y su hijo cayo, y murió. Y mientras el tren continuo andando, él vio a gente allí adentro leyendo, hablando, riendo sin haberse dado en cuenta del gran sacrificio que había hecho, y entonces grito:
“¡¡NO SE HAN DADO CUENTA QUE SACRIFIQUE A MI HIJO PARA QUE USTEDES PUEDAN VIVIR!"
Pero ellos no los escucharon.
Este relato es conmovedor, es real, y mucha gente al conocerlo ha derramado lágrimas por el sacrificio que este hombre hizo por quienes viajaban en ese tren, pensando en el dolor que soportó al ver morir así a su propio hijo.
Sin embargo, hay una historia veraz y conmovedora la cual es la manifestación de amor más grande que existe, cuando Dios, sabiendo que todos los hombres habiéndose alejado de él por sus propios medios iban rumbo a la condenación eterna, envío a su único Hijo Jesucristo a morir en la cruz y así pagar la deuda que el hombre tenía con él. “Por cuanto todos pecaron y están destituídos de la gloria.” (La Biblia Romanos 3:23.)
La gran diferencia entre estas dos historias es que el hombre que operaba el puente elevadizo no le comunicó a quienes iban en el tren lo que iba a hacer para que ellos pudieran escoger entre morir o salvarse.
Sin embargo, Dios que es amor, a través de la predicación del evangelio anuncia a todos los hombres que su deuda con él está pagada ya que él mató a Jesucristo para que ellos vivan; y los hombres conociendo esto se niegan a recibir la salvación que Dios les ofrece. Así millones y millones de hombres y mujeres, por no creer o aceptarlo, han descubierto que hay una condenación eterna.
A través de este escrito queremos recordarle a todo aquel que lee este folleto que aún la puerta para la salvación está abierta y que Dios de gratis les ofrece no sólo ser salvo, sino su propia vida, la cual él da a todos los que creen en Jesucristo para que la vivan mientras estén en esta tierra y así entrar en la eternidad con él cuando salgan de este mundo.
¿Qué hará usted hoy después de leer este folleto? Los hombres que viajaban en el tren no se enteraron de lo que había pasado, pero hoy usted sabe que Dios mató a su único, santo y amado Hijo Jesucristo para que usted viva.
Está escrito en la Biblia:
“Os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, púes la vida, para que vivas tú y tú descendencia”
(Deuteronomio 30: 19)
Porque de tal manera amó Dios a este mundo que envío a su Hijo a morir en la cruz para que todos los que crean en él sean salvos.
Reciba a Jesucristo, acepte el perdón de Dios y viva para él, y cuando salga de este mundo estará confiado que vivirá con él eternamente.
Por Juan Avellaneda