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La Biblia sigue siendo el favorito universal. Su aclamación por las masas del mundo no conoce paralelo, y su influencia sobre las gentes o tiene rival. Día a día se le reconoce más y mejor, se le aprecia y se la distingue. Tal es el caso del Congreso y Gobierno de la República Dominicana donde se ha promulgado la ley número 204, que declara el 27 de septiembre de cada año como el “Día de la Biblia” en todo el territorio nacional.
Es admirable que en un país donde en otra hora se lanzaran a la hoguera 300 ejemplares de la Biblia en su parque Colón, ahora se dedique un día del calendario para honorarla. Los ilustres padres de la patria dominicana, don Juan Pablo duarte y Diez, don Francisco del Rosario Sánchez y don Ramón Matías Mella, concordaron en poner en el centro del escudo dominicano el libro de Dios. Abierto a la nación y al mundo, desde el escudo dominicano la Biblia proclama la redentora sentencia: “Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.” La dominicana es la única nación del orbe que ha acordado a la Biblia sitial tan honroso en uno de sus emblemas nacionales.
Si bien atesoramos la independencia política con que nuestros héroes han dotado a la nación, reconocemos que la libertad espiritual, aquella que rompe el oneroso yugo del pecado, que erradica las tinieblas de la ignorancia, que desintegra la fuerza opresora de la superstición, no se obtiene por instrumentalidad humana, no se consagra con una guerra de liberación, no se conquista con las armas, sino que se experimenta por fe en los principios liberacionistas de la Palabra de Dios.
La Biblia viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos. Penetra hasta la división del alma y del espíritu, de las coyuntras y tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones de corazón”. La Biblia cambia a los individuos y regenera a las naciones. Con asombroso acierto el escritor, educador y patriota argentino, don Domingo Faustino Sarmiento, dijo que “la Biblia echó los cimientos de la educación popular que ha cambiado a las naciones que la poseen”.
EN HONOR A LA BIBLIA
Ley dominicana N° 204
Por Mariano González
"La lectura de la Biblia hace sabio, hace santos. Sus declaraciones se expresan en palabras simples que aún los niños pueden entenderlas"