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Ethnológica No. 01 (2017)
Jonathan Vargas y Jorge Vásquez
En Pucara la dualidad se realiza a partir de la categorización de los
trabajos conocidos como: “trabajo de hombres” o “trabajo de mujeres”; es-
tos dos términos sirven para diferenciar cuales son los trabajos que asumen
independientemente los varones y mujeres previo en uso de la fuerza y
habilidad de los cultivos. Si bien la participación desigual de varones como
de mujeres forma diversos entes que convergen en trabajos complemen-
tarios previa la planificación de la pareja, estos intentan ser resueltos en el
hogar. Al respecto una de las entrevistadas decía lo siguiente:
“Los varones siembran, igual hacen, igual trabajan, el único es que la
mujer hace menos, el salario es menos; no se le paga igual que el varón, el
varón avanza…Así pues los más fácil nomás se hace (mujer).El varón
pica, raya con la yunta ahí se hecha semilla; ahí hacemos, tapamos es una
ayuda pues ¿sí o no?... Por ejemplo las mujeres en la cosecha más están
en seleccionar la papa, el varón no; las mujeres seleccionan primera,
segunda, tercera, extra, semilla así.” (Conversación personal con Olinda
Aguilar)
Aqui la complementariedad se manifiesta como un consenso asi-
métrico de oportunidades, esto no desecha que dentro del trabajo agrícola
se pueda dar lugar a tensiones y conflictos en lo que atañe a la planifi-
cación agrícola, empero estas tensiones son resueltas en la medida que
la familia madura. Ledesma (2004), nos explica que las tensiones en los
trabajos agrícolas en algunos casos, es debido a que a veces el hombre
manda y otras veces la mujer, esto debido al carácter de las personas y
el manejo del conocimiento de semillas de papa, lo cual en general por
género indica que la participación del trabajo femenino interviene más
activamente, en los cultivos de papa y maíz, mientras que la participación
masculina comparte la mayoría de actividades, salvo algunas que son más
exclusivos como el trigo, la cebada y otros granos. Por eso en ambos sexos
en ocasiones, se suplementan y complementan a su vez las actividades que
son exclusivas y compartidas como por preferencia y necesidad; Ledesma
nos muestra la diferenciación de formas de trabajos agrícola en las familias
en una complementariedad sexual, donde algunos roles que se mantienen
en el trabajo flexible son variables por familia.
En consecuencia la participación consensuada en la toma de de-
cisiones es estrechamente funcional a la organización tomada por ambos.
Estas son funciones que son parte del quehacer cotidiano del trabajo dual,
en la cual en el mundo andino existen flexibilidades, porque parece ser
que no existen trabajos hechos por hombres o mujeres o viceversa, por lo