Yakuta munay [pág. 39-44]
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Ethnológica No. 01 (2017)
cuaderno y lapicero en mano se dirige a todos los comuneros presentes,
llamando a cada uno por su nombre y haciéndoles firmar en el acta de la
comunidad, mientras va marcando los ausentes y asistentes. Al terminar la
llamada de lista, la presidenta de la comunidad 2 se manifiesta verbalmente,
en voz alta a todos los comuneros, es ahí donde empiezan a dialogar, con-
versar, a hacer algún tipo de reclamos, preguntas, a crear pactos o alianzas,
se discuten y resuelven los problemas, las deudas, los contratos, el arriendo
de los terrenos, el daño de algún animal causado a los cultivos, las faltas, las
riñas, los conflictos personales y las nuevas actividades que se realizaran.
La inasistencia a las actividades comunales, que con frecuencia suceden, es
subsanada con una multa en forma de dinero (moneda de metal o papel)
que equivale a 50 soles. Si un miembro de la comunidad no participa de las
labores comunales, ya sea por salud u otros casos particulares de urgencia,
puede enviar a sus hijos o esposa a integrarse a los trabajos comunales.
Estas faltas están reglamentadas en los estatutos que rigen a la comunidad
previo acuerdo en la asamblea comunal.
Los trabajos de limpieza del canal de irrigación permiten organizar
el trabajo comunitario con unión y armonía. Es así que estas actividades se
celebran en el momento en que empiezan las lluvias en los andes centrales
del Perú. Esta fiesta comunal, hace que participen los habitantes residen-
tes y migrantes que forman parte de la comunidad o que han contraído
matrimonio con pobladores “nativos” de la comunidad. La cooperación
en las comunidades andinas se da, muchas veces, por necesidad (Mayer,
2004). Esto se debe a lo complejo que es la morfología de los terrenos
de los Andes, existiendo un habitad difícil para la agricultura, en que se
requiere que los miembros de las comunidades se organicen y “donde las
sociedades campesinas se han esforzado por utilizar de la mejor manera
las posibilidades del escalonamiento, de los pisos de la vertiente a la del
total de la montaña” (Dollfus 1981:12) y es que “las montañas imponen
dificultades especiales en lo que respecta a cuestiones tales como el control
del agua, la conservación del suelo, la adquisición de energía y la vivienda”
(Salomón 2012:19)
En la costa y los andes del Perú el agua es un recurso muy im-
porta