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Programa de VIH y SIDA
2012 fue un año lleno de mucho trabajo, aprendizajes, de muchos viajes, de fortalecer relaciones y consolidar algunas ya existentes. Desde la búsqueda de información hasta la participación en espacios de incidencia, el programa de VIH desarrolló algunos materiales informativos de sensibilización, participó en talleres de capacitación con agencias de Naciones Unidas y participó en diversos foros de jóvenes que viven y/o están afectados por el VIH.
Al recorrer 365 días nos damos cuenta que adquirimos experiencia en el diseño de herramientas para la obtención de información como fue el caso de la consulta regional por y para jóvenes positivos de América Latina y el Caribe, por otra parte y después de semanas de dedicación llegamos a Washington para participar en AIDS 2012, un evento que no necesita mayor presentación; allí nos hicimos conscientes de la gran responsabilidad y el compromiso que tenemos por seguir incidiendo por sociedades más justas en México y la región. Atender a la junta anual del consejo de administración de la Red mundial de personas que viven con VIH, nos dejó ver las carencias que en temas de gobernanza y autogestión permea en la gran mayoría de las organizaciones de la sociedad civil en nuestro país.
Por otra parte, pudimos involucrarnos en otras agendas de juventud como la de empleo, desarrollo y poblaciones clave, siendo ésta última de gran relevancia en las líneas de trabajo que desarrollamos y que con seguridad fortaleceremos en los años venideros. Ni que mencionar el posicionamiento del programa con agencias como ONUSIDA, OIT, UNESCO, GNP+ y el MSMGF, además de nuestro aprendizaje con las redes nacional y regional de jóvenes positivos, dónde da gusto ser testigos del empoderamiento, la fortaleza y la convicción de las y los jóvenes por cambiar sus entornos y mejorar su realidad.
El recuento del año nos deja satisfechos y a la vez convencidos que nuestros esfuerzos deben permanecer sólidos, que toda la experiencia adquirida debe motivarnos a buscar más información en aquellas poblaciones no visibles y con ello generar herramientas innovadoras que a su vez alimenten los esfuerzos de incidencia que otr@s jóvenes, organizaciones y redes de trabajo hacen día con día por promover y exigir derechos e impulsar el empoderamiento de la juventud mexicana.
2012 fue sin duda un gran año para el programa de VIH y con este optimismo y vitalidad deseamos que el trabajo permanezca y que los resultados los podamos ver a manos llenas.
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