vulnerables, pues muchas sustancias con- ciudad: Insurgentes Sur, Anillo Periférico
taminantes pueden traspasar su piel.
y la carretera Picacho-Ajusco.
Desafortunadamente, los anfibios no
Por su naturaleza xerófila y urbana,
sólo enfrentan esa amenaza; en todo el las reservas de pedregal podrían ser de los
mundo la pérdida de hábitat, ya sea por lugares menos pensados y propicios para
urbanización o deforestación, ha diezma- encontrar anfibios. Sin embargo, registros
do sus poblaciones considerablemente. El históricos en la zona, señalaban que lo más
caso del ajolote es un lamentable ejemplo probable de ubicar por las condiciones acde cómo la reducción acelerada del lago tuales podrían ser pequeñas salamandras
de Xochimilco, la contaminación, la cap- y una ranita, todos ellos anfibios terrestres
tura indiscriminada y la introducción de poco conocidos hasta ahora. Tristemente,
especies exóticas, tienen hoy al borde de estos anfibios están en algún estatus de
la extinción al anfibio mexicano más fa- riesgo de extinción. Por eso es importante
y urgente obtener la mayor cantidad de inmoso del mundo.
Pero lagos y ríos no son el único esce- formación sobre ellos.
nario por investigar en materia anfibia;
otros rincones de la Ciudad de México aún ¡Manos y oídos
guardan sorpresas alentadoras. En otro ex- a la búsqueda..!
tremo del sur de la ciudad, existen aún frag- En la primavera de 2015, un grupo de biómentos de pedregal, un ecosistema pecu- logos decidimos comenzar la búsqueda
liar formado sobre los derrames basálticos de estos habitantes ocultos del pedregal.
que dejó tras de sí la erupción del Xitle ha- Para tal efecto, recibimos el auspicio del
ce más de 1600 años. Aunque
el crecimiento urbano de los últimos 60 años ha ido quitándole
terreno al pedregal a pasos agigantados (más del 80% de los
80 km2 originales de este ecosistema se han perdido), hoy se
cuenta con alrededor de 13 km2
de áreas protegidas a cargo de
diferentes instancias públicas.
Éstas están constituidas por
matorrales y bosques someros,
carentes de arroyos y lagos (indispensables para muchos anfibios) y están rodeadas de algunas de las avenidas con mayor circulación vehicular de la Grupo de biólogos estudiando a los habitantes del pedregal en una noche de verano de 2015
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