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marzo 2016 | www.lamarea.com
Refugiados
joseba achotegui
«Cada vez hay más
muros y los viajes
son más peligrosos»
Y
Ulises pasábase los días
sentado en las rocas, a
la orilla del mar, consumiéndose a fuerza de
llanto, suspiros y penas”.
El profesor de psiquiatría en la Universidad de Barcelona Joseba Achotegui suele echar mano de esta cita
del Canto V de la Ilíada para ilustrar
lo que ha bautizado como síndrome
de Ulises, un cuadro de estrés severo que sufren las personas inmigrantes que más dificultades padecen a la hora de abandonarlo todo
para probar suerte lejos de su tierra.
Su trabajo al frente del Servicio de
Atención Psicopatológica y Psicosocial a Inmigrantes y Refugiados le
ha hecho comprobar, de primera
mano, cómo se han endurecido de
manera drástica las condiciones de
los desplazados, sobre todo cuando
llegan a un Primer Mundo que ya no
los necesita.
¿Cuándo comenzó a ser un problema la llegada de extranjeros?
En torno al año 2000 se produce un
gran cambio. Es cuando se cierran
las fronteras, con los gobiernos de
[José María] Aznar, en parte por
presiones de la UE. Los inmigrantes
de la década de 1990 no tenían papeles pero a veces incluso te decían
que no tenían tiempo para arreglarlos porque estaban muy ocupados. No los pedían, no había ningún
problema. Entonces se cerraron las
fronteras, se impidió que las familias se reagruparan y apareció un
cuadro de estrés extremo, al que
llamé síndrome de Ulises, porque
me recuerda a lo que había leído de
la Odisea. El que lo sufre es alguien
que está solo, asustado, indefenso,
desarraigado.
¿La situación se está agravando?
Así es, antes había más posibilidades de moverse por el planeta. Ahora cada vez hay más muros y los via-
visto ningún futuro. El plan para
que vengan desde Alemania tampoco se ha puesto en marcha porque ni los refugiados quieren venir
ni aquí hay receptividad por parte
del Estado.
¿El trabajo psicológico debe hacerse también en los autóctonos?
Es importante que la población autóctona se ponga en el lugar de los
otros y piense que en el mundo de
hoy nunca sabes lo que te va a venir. Siria era considerado uno de
los países más estables del mundo
hace apenas cinco años y ahora es
un país destruido.
¿Se pueden producir problemas de
convivencia y conflicto social?
No lo creo. Muchos refugiados son
personas muy capaces. Se calcula
que Alemania ha subido un punto el
PIB con su llegada. No vamos a negar que atender a muchas personas
supone un esfuerzo. Es complejo y
no se puede caer tampoco en posturas que defienden que no hay ninguna dificultad. Hay que organizarlo.
jes son más peligrosos. Por ejemplo,
a las mujeres se les recomienda llevar en el kit de supervivencia un anticonceptivo, por el riesgo de violaciones. El símbolo del cambio a peor
fue la llegada de las pateras. Emigrar se ha convertido en una situación de riesgo.
Establece que el síndrome de Ulises
lo causan siete "duelos". De éstos,
¿cuáles son los que más pesan?
Los que más afectan son el alejamiento de la familia, el del estatus
social –que tiene que ver con dónde
duermes, en qué trabajas o si tienes
papeles– y los riesgos físicos. Los
otros, más leves, son de tipo más
cultural, como la lengua o la adaptación. Pero el miedo a la soledad no
tiene salida.
¿Qué porcentaje de inmigrantes sufre este síndrome?
¿Hay relación entre la captación
de terroristas en Europa con un mal
trabajo en el plano psicosocial?
No realmente. Estas personas en
realidad no son inmigrantes, son
hijos, nietos... son franceses. Creo
que tiene que ver más bien con conflictos de las sociedades, con la exclusión social.
Joseba Achotegui. sarai rua
Bueno, como están escondidos y no
se les ve es muy difícil cuantificarlo, pero calculamos que como mínimo la mitad de los inmigrantes sin
papeles, quizá más, tiene estos cuadros de estrés. Ojo, no están enfermos, pero son personas que tienen
más riesgo, por ejemplo, de acabar
en el alcoholismo.
¿Hasta qué punto han podido trabajar en contacto con refugiados?
A España han llegado muy pocos y
los que lo han hecho se han marchado en seguida, porque aquí no han
Claro, es que cuando hay exclusión
los afectados se expresan de muchas maneras. Una de ellas puede
ser la de los conflictos de identidad.
Hay válvulas de escape que a veces
son muy complicadas y peligrosas.
¿La salud mental de una persona
inmigrante es buena?
Generalmente emigra gente joven,
fuerte, que no tiene una predisposición a la enfermedad, al contrario.
Lo que pasa es que cuando se viven
tantas adversidades, tantos problemas, se pasa mal.
¿La llegada de los refugiados implica un aumento de afectados?
Sí, entre ellos hay mucha gente con
el síndrome de Ulises. Tienen miedo, están solos, son perseguidos.
Hay muchas formas de desarrollar
este síndrome, como no tener papeles, o tenerlos pero no poder traer
a la familia, venir como refugiado.
Hay una cantidad enorme de situaciones durísimas que pueden acabar pasando factura a nivel de salud mental.
Pero hay también problemas de
identidad.
Tampoco tienen fácil el retorno.
«antes había más
posibilidades de
moverse por el
planeta. ahora cada
vez hay más muros»
«no vamos a negar
que atender a muchas
personas supone un
esfuerzo. Hay que
organizarlo»
Es cierto que las sociedades de origen tampoco actúan bien. Muchas
veces exigen demasiado a los inmigrantes y cuando vuelven no los
apoyan. Aquí hay buenos y malos en
todas partes.
¿Qué tendría que hacer España?
Planteamientos que integren a todos los movimientos sociales, muy
consensuados. Hay cosas que no
tendrían que entrar dentro de polémicas. Estamos viviendo un descenso de la población tremendo y
necesitamos inmigrantes por pura
su pervivencia. �