Evaluating the sustainability of a construction
means evaluating the cycles of open materials,
(with contaminated residue emission), involved in
obtaining the habitability provided. And whilst we
are unable to recreate habitability using materials in closed cycles, the best way to evaluate the
sustainability of a construction involves comparing
the impact produced by residues generated from
its construction and use and, in turn, generated by
the habitability it provides.
This article intends to look at tensile structures’
potential and weaknesses against the demand
for sustainability.
Tensile structures are a relatively new
construction system (less than 70 years old) and
have had to pass a multitude of tests before
being accepted as just one more system amongst
many; and particularly, in the case of the use
of membranes. At first they were a novelty and
as such, were considered an alternative system
to which all “sins” could be forgiven. But, little
by little, the system has evolved and today it
is used as much as any other, in some cases,
more than others. We only need to look at the
wealth of stadiums which, for any type of event,
are duly remodelled or built from scratch, using
lightweight structure systems and membranes.
So, if tensile structures are now considered
like any other type of construction system,
we must immediately ask the question:
are they sustainable?
We must first consider a key point in its
favour: the development of tensile structures
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Expert | Experto
natural (materiales renovables) o del sistema
técnico (materiales reciclables) – eso es la
sostenibilidad en edificación, supone el reto que
el sector tiene como objetivo urgente.
Evaluar la sostenibilidad de una edificación
supone evaluar los ciclos de materiales abiertos
– con emisión de residuos contaminantes –
implicados en la obtención de la habitabilidad
que proporciona. Y mientras no seamos capaces
de volver a crear habitabilidad usando materiales
en ciclos cerrados, la mejor evaluación de la
sostenibilidad de un edificio pasa por comparar
los impactos producidos por los residuos
generados por su construcción y uso, generados
por la habitabilidad que procura.
En el caso que nos ocupa, las tensoestructuras,
este artículo pretende hacer un primer repaso de
sus potenciales y de sus debilidades frente a la
exigencia de sostenibilidad.
Las tensoestructuras, siendo como son un
sistema constructivo nuevo (menos de 70 años),
han tenido que pasar por una multitud de
pruebas antes de ser aceptadas como un sistema
constructivo más. Y en particular el uso
de membranas como elemento constructivo.
Primero era novedad y como tal era considerado
un sistema alternativo al que se le podían
perdonar todos los “pecados”. Pero poco a
poco el sistema ha evolucionado y hoy en día
es utilizado como cualquier otro, y en algunos
casos más que ningún otro. Solamente tenemos
que observar la multitud de estadios que para
cualquier evento deportivo son remodelados o
construidos de nuevo, utilizando las membranas y
sistemas estructurales ligeros.
Y si es así, que las tensoestructuras son un sistema constructivo más, la pregunta surge de inmediato: ¿son sostenibles?
Cabe considerar un primer punto clave a su
favor: el desarrollo de las tensoestructuras se ha
producido mayoritariamente debido a la necesidad de cobijarse de la lluvia, del sol, y del viento,
consiguiendo satisfacerlas con una cantidad de
recursos infinitamente menor que con cualquier
otro sistema constructivo. Ese ajuste entre recursos y utilidad satisfecha es el principal argumento
en pro de la sostenibilidad de las tensoestructuras
frente a otros sistemas constructivos, su principal
baza. Igualmente, su uso en instalaciones no per-